Las Serpientes
Por Ricardo Morales Sánchez
Para nadie es un secreto que cinco entidades del país, por su padrón electoral, son las que definirán al ganador de la contienda Presidencial, la cual se llevará a cabo el próximo año.
Los estados que definirán la elección y son clave para 2018 son: Estado de México, Ciudad de México, Jalisco, Veracruz y Puebla, en ese orden, debido al número de ciudadanos que aportan dentro del padrón.
El Estado de México es el más grande de todo el país y por eso era clave para el PRI no perder la elección de hace unos meses en la entidad, no sólo porque Peña Nieto es originario de ahí, sino por el número de ciudadanos que aporta son clave para el tricolor.
En Edomex, el PRI tiene fundadas sus esperanzas de obtener un buen número de votos para la elección Presidencial y así poder equilibrar el número de sufragios que pueda perder en la Ciudad de México, bastión de Morena.
Hablando de CDMX, es muy importante para el PRI que se divida el Movimiento Regeneración Nacional para la próxima elección de quién vaya a ser el candidato a gobernador en el más reciente estado creado por la reforma constitucional hace unos meses.
También es importante para el tricolor encontrar un personaje que, si bien no gane la elección, evite que el ex partidazo vaya a ser arrasado, es decir, necesitan de alguien que evite una debacle y que al menos haga competitivo al partido en esta entidad, aunque irremediablemente está condenado a quedar en tercer lugar, pero lo que no se pueden permitir es ser aplastados, porque el hueco podría ser fatal en su intención de mantener Los Pinos.
Las otras tres entidades también son muy importantes para todos los partidos políticos, porque la moneda está en el aire y pueden inclinarla hacia uno u otro lado.
Jalisco es clave para el desarrollo del resultado electoral del próximo año. Todo indica que Enrique Alfaro, actual presidente municipal de Guadalajara, se convertirá en el próximo gobernador de esa entidad debido a su popularidad, además de que ha logrado jalar a un buen número de ex militantes del PAN, quienes ahora lo apoyan para ser el nuevo mandatario.
El padrón de Jalisco asciende a poco más de cinco millones 793 mil ciudadanos y para el próximo año podría ser de casi seis millones.
Una de las claves electorales es definir hacia dónde jugará Alfaro, quien llegó a la presidencia municipal mediante las siglas del partido Movimiento Ciudadano, el cual hace 15 años ni siquiera existía en aquella entidad.
El propio presidente de la República, Peña Nieto, como ya lo platiqué en una entrega anterior, ha buscado personalmente a Alfaro para pactar con él y dejar que Movimiento Ciudadano y, específicamente el alcalde de Guadalajara, se quede sin oposición a cambio de que éste opere para el PRI y no para López Obrador, en la elección del próximo año, lo cual luce tentador.
En Veracruz las cosas están muy claras, el gobernador “panista”, Miguel Ángel Yunes (El Perro), quiere dejar en el cargo a su hijo, también de nombre Miguel Ángel, además de que Yunes tiene un pleito cantado con Andrés Manuel López Obrador.
Morena es el único partido que le puede pelear de tú a tú a Yunes por la hegemonía de aquella entidad y sus 5.5 millones de ciudadanos registrados en el padrón electoral, todos clave para definir también el proceso presidencial.
El movimiento de Yunes es muy importante para evitar el triunfo de López Obrador, si el gobernador de Veracruz opera para el PRI a cambio de que le dejen el paso libre para su hijo, lo cual se ve más que viable, la entidad le podrá dar un buen colchón al candidato del tricolor o evitar que sea aplastado por El Peje.
El quinto estado en importancia, por su padrón electoral, es Puebla con más de cinco millones de ciudadanos.
El morenogalismo busca a toda costa mantener el control político de la entidad, sobre todo si el ex mandatario Rafael Moreno Valle no logra concretar su proyecto de convertirse en el candidato del PAN a la Presidencia de la República.
El morenogalismo puede operar para el PRI y su candidato presidencial y más si éste es José Antonio Meade Kuribreña, viejo conocido de muchos poblanos y del grupo.
Ya en 2012 el morenogalismo pactó con Peña Nieto para que ganara en la entidad, lo cual no ocurrió, pero al menos evitó que fuera arrasado y eso contribuyó a la victoria del nacido en el Estado de México.
El PRI se llevó el Senado y varias diputaciones federales, clave para validar el triunfo de Peña Nieto.
Va a ser muy importante el desempeño electoral de estas entidades en 2018, así como el trabajo que hagan los gobernadores del PRI, no por nada la semana pasada el periodista Raymundo Riva Palacio, en Eje Central, escribió una de las primeras encomiendas que Peña le dio a José Antonio Meade: comenzar a consentir a los mandatarios del tricolor y ayudarlos a comenzar a solventar sus cuentas públicas.
