Las Serpientes

Por Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo 

Muchos reflectores ha acaparado el secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña, llamado por muchos a ser el candidato del PRI a la Presidencia de la República, pero no es el único en beneficiarse de ese tema.

Me explico, el tema no es exclusivo de aquellos que aspiran a la Presidencia de la República, abre las posibilidades a todos los puestos de elección popular, incluidas las gubernaturas que estarán en juego en 2018.

Puebla no es la excepción, existen hasta el momento dos aspirantes ya muy claramente definidos para la gubernatura dentro de las filas de este partido.

El subsecretario de la Sedatu, Juan Carlos Lastiri Quirós, quien se aferra a una consulta a la base, lo cual contrapone todas las directrices de la dirigencia nacional del tricolor encabezada por clavillazo, Enrique Ochoa Reza.

Y el ex rector de la BUAP, así como el ex presidente municipal de Puebla, Enrique Doger Guerrero, quien tiene todo para hacerse de la candidatura, ya que cuenta con el respaldo de los principales grupos al interior del PRI, quienes consideran que ya le toca al ex rector ser el abanderado, luego de que se ha hecho a un lado o lo hicieron a un lado en 2010 y 2016.

Estos dos personajes parecieran ser los más competitivos a los ojos del priismo local, pero ¿y si hubiera un candidato externo? Alguien sin militancia y que pudiera contar con el respaldo de la base del tricolor y también sumar el voto ciudadano tan alejado del priismo tradicional. ¿Qué pasaría?

La idea ha comenzado a dar vueltas en la cabeza de los principales jerarcas del tricolor en la Ciudad de México, que no demeritan ni a Lastiri, ni a Doger, pero que temen que los negativos de ambos puedan jugar en su contra.

Existen perfiles que se analizan, algunos académicos, aunque en el PRI tampoco quedó una buena sensación al respecto, toda vez que en 2013 impulsó como candidato a la alcaldía al ex rector de la BUAP Enrique Agüera Ibáñez y los resultados fueron desastrosos.

No estoy diciendo que se analice impulsar al ahora rector Alfonso Esparza, a quien no le interesa nada que no tenga que ver con la reelección al frente de la máxima casa de estudios, pero de que se buscan también perfiles ciudadanos y frescos para las candidaturas, eso es un hecho.

Esparza ha tenido cuatro años de trabajo discreto pero la labor desarrollada al frente de la BUAP y sobre todo el triunfo obtenido con el ascenso de Lobos a la primera división del futbol mexicano, lo pusieron en el radar de varios ojos, aunque al académico no le importa la vida política.

Esparza quedó escarmentado luego de ver la forma como su antecesor Enrique Agüera Ibáñez dilapidó el capital personal que se había formado luego de más de ocho años de estar al frente de la máxima casa de estudios en el estado.

Aun así, el rector tiene muy buena relación con el priismo, el diputado federal y líder del tricolor en el estado, Jorge Estefan, abogó por Esparza ante su amigo el secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña, para que éste pudiera recibir más recursos en apoyo a la BUAP y sus proyectos.

Por lo pronto, lo único real, lo tangible, es que la reelección de Esparza va viento en popa, los gritos de reelección, reelección que retumbaron ayer durante la reinauguración de lo que fue el Polideportivo “Ignacio Manuel Altamirano” y ahora Arena BUAP, sólo confirman lo que es inminente, el académico tiene vía libre para seguir otros cuatro años más al frente de la institución.

El rector no tiene proyecto político y eso es un hecho, pero de que algunos priistas le tienen echado el ojo, eso sin duda y es que en algunas mediciones realizadas a nivel nacional y en manos de Los Pinos, Esparza es una opción viable, aunque lamentablemente para la causa del ex partidazo, prácticamente imposible.

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