Esta comunidad parece inofensiva, pero tiene varias denuncias penales en su contra: robo de agua, siembra de productos transgénicos y arrasar con mil 440 hectáreas de selva en Quintana Roo
Traspatio
Por Luis Pavón / @pavonlui
Parece que no rompen un plato. Socialmente se les mira con “curiosidad” pero tienen varias denuncias penales en su contra.
Se roban el agua, deforestan sin la autorización de uso de suelo y promueven la siembra de los transgénicos, según los señalamientos que se han documentado.
Es parte de lo que hace la comunidad menonita en el sur de México, principalmente en Quintana Roo, donde arrasaron con mil 440 hectáreas de selva.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) asegura que los menonitas hicieron la deforestación sin tener los permisos correspondientes para cambiar el uso de suelo y es por ello que presentó una denuncia penal ante la Procuradoría General de la Republica (PGR) contra sus integrantes de la comunidad, en Quintana Roo.
“Al haber deforestado las superficies y por ser selva se tipifica como un delito de carácter penal”, me dijo el subprocurador de Profepa, Ignacio Millán.
Desde el aire, durante un sobrevuelo, se observa la evidencia de cómo se deforestaron miles de hectáreas, las huellas de la devastación son impresionantes.
La deforestación se extendió a tres ejidos: El Paraíso, El Bajío y San Fernando, pertenecientes al municipio de Bacalar, que está ubicado a media hora de Chetumal, la capital del estado.
De acuerdo con las autoridades, los terrenos se deforestaron para destinar las tierras a cultivos agrícolas, el problema es que nadie les dio permiso para talar parte de la selva.
¿Han hablado con ellos? Le pregunté al subprocurador Millán y esta fue su respuesta:
“Recordemos que estas comunidades de menonitas son comunidades muy cerradas, inclusive poder localizar al gobernador fue complicado para poder atender las visitas”.
¿Cuántas personas o familias o cuánta gente tienen detectada que hizo esto?
“Un número como tal no lo tenemos, sólo en una de ellas pudimos constatar que tenían 20 personas, pero si lo multiplicamos por el número de casas que en el sobrevuelo se logran observar, no hablaría de menos de 200 personas en las tres comunidades”.
Comunidades que al visitarlas es como retroceder en el tiempo, transportarse a un lugar donde se siente tranquilidad.
Una de ellas está habitada por menonitas es Salamanca, y está ubicada a ocho kilómetros de Bacalar.
Ahí viven mil 400, me dijeron que llegaron de Belice a Bacalar en el año 2004, la falta de espacios para vender sus productos los hizo buscar nuevas opciones y fue así que cruzaron al lado mexicano y se instalaron en el vecino y fronterizo estado de Quintana Roo.
En Salamanca, Bacalar, el representante de los menonitas, Heinrich Schmitt, con un precario español, me aseguró que cuentan con todos los permisos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), dependencia que les autorizó la deforestación de 960 hectáreas para sembrar sus cultivos de maíz, soya o sorgo, que luego venden en la región.
Esto es parte de lo que charlé con Heinrich Schmitt:
“Estuvo un año ahí estancado el permiso, no se hizo nada. Fue el tiempo que estuvo Lino como director de Semarnat y no hizo nada, creo que por flojera.
¿Ese año que estuvo detenido, siguieron avanzando?
“Estuvimos esperando hasta que la gente vio que teníamos ya invertido. Empezamos con 960 hectáreas y entonces salió el permiso de Semarnat. Como tuvimos el permiso del Medio Ambiente empezamos a engrandecerlo”.
¿Cuándo les dio permiso el Medio Ambiente?
“Al mismo tiempo, antes del 2004 nos dio el permiso”.
¿El permiso fue para?
“El cambio del uso de suelo. Cuando llega la Profepa, les estamos mostrando que tenemos el permiso del Medio Ambiente y ven que sí es correcto. La dependencia ha venido acá y las 960 hectáreas están en regla al 100%.
Tenemos cinco mil hectáreas y por ellas nos estaban cobrando 25 millones de pesos cuando no debía de costar nada”.
Ahí en Salamanca, los menonitas viven igual que los integrantes de las otras comunidades asentadas en Bacalar: sin celulares, Internet, se transportan en carretas y usan su vestimenta típica.
Schmitt dice que en su comunidad tienen todos los permisos; sin embargo, reconoce que los menonitas de los otros ejidos y denunciados penalmente deforestaron sin la autorización de las autoridades.
“Nos han contado de eso. Yo creo que eso es cierto, de que ellos no tienen permiso”.
En el ejido El Paraíso, dan otra versión y van más allá: el ex gobernador Roberto Borge, detenido en Panamá, les autorizó asentarse ahí y devastar la selva. Lo acusan directamente de darles los permisos, de palabra, porque dicen no tener documentos de ello.
Pero esta no es la primera denuncia penal en contra de menonitas en el sur de México. De acuerdo con la Profepa, esta es la tercera. La primera en 2010 fue en Campeche, 2013 y 2017 en Quintana Roo. Por las denuncias anteriores ocho menonitas han ido a la cárcel, según la versión del subprocurador Ignacio Millán.
El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) señala que también ellos han denunciado a los menonitas por ser quienes están sembrando maíz transgénico.
Y recordaron que en 2012 y 2013 también enfrentaron conflictos legales en Chihuahua. Perforaron pozos de agua sin permiso.
De la nueva denuncia presentada en mayo pasado contra la comunidad menonita de Quintana Roo, falta ver cómo procede la PGR contra lo que parece ser una comunidad inofensiva.