¡¡¡ 3, 2, 1, cero… comenzamos!!! 

Por Pablo Chávez Meza

Lo bueno está por venir. Con esta frase se puede resumir lo que se espera para la tercera ronda de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Ayer, en conferencia de prensa, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal, dijo que será en Ottawa donde abordarán los temas más controversiales de esta modernización del acuerdo comercial de México, Canadá y Estados Unidos.

Desde el viernes 1 de septiembre la Ciudad de México fue sede del segundo encuentro entre los negociadores de las tres naciones norteamericanas. El lugar fue un hotel ubicado en la exclusiva zona de Polanco. Pese a la sazón que le puso días antes el presidente estadounidense Donald Trump, de que estaba pensando en que era tiempo de que su nación se saliera del tratado, las pláticas en México siguieron su curso.

Robert Lighthizer, representante comercial de Estados Unidos; Chrystia Freeland, ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, e Ildefonso Guajardo, secretario de Economía de México, estuvieron este martes en la Ciudad de México.

Mi tía abuela Godofreda, quien estaba lista “pa´ comenzar el levantamiento armado”, se quedó con sus ganas beligerantes y se conformó con leer lo que en esos días dieran cuenta los medios pues, contra lo esperado, no hubo protestas anti TLCAN y la ciudad vivió momentos de tranquilidad.

Y es que el ambiente en el hotel sede fue de mucho hermetismo por parte de los negociadores, quienes bajo la premisa de que habían firmado un acuerdo de confidencialidad no compartieron con los reporteros información de las 25 mesas de trabajo.

Incluso, los periodistas tuvieron que rascar para obtener algunas declaraciones off the record y uno que otro chacaleo –en la jerga periodística se refiere a la entrevista banquetera con algún personaje–. Fue hasta ayer cuando se dio una conferencia de prensa donde el titular de la Secretaría de Economía, Ildefonso Guajardo, calificó de “exitosa” esta segunda mesa y resaltó la disposición de los representantes estadounidenses para seguir con las conversaciones.

Analistas de CIBanco destacaron que durante esos días el peso sufrió menores presiones y volatilidad comparada a las amenazas que en un inicio hizo Trump recién ganada la Presidencia de su país.

Uno de los temas que brincó en estos días y que salió por las contrapartes estadounidenses y canadiense, es el de los bajos salarios que se pagan en el país.

Para cerrar con broche de oro estas mesas de trabajo, el presidente de Estados Unidos, a través de su fiscal General Jeff Sessions, anunció el fin del programa DACA y con ello afectar a más de 800 mil jóvenes de los llamados dreamers –soñadores– de los cuales 80% es mexicano.

Eso es visto como una nueva forma de meter presión a las negociaciones del acuerdo comercial, aunque ahora la bolita se encuentra en el Congreso estadounidense, que tiene un plazo de seis meses para encontrar una solución para estos jóvenes o serán deportados a sus naciones de origen.

México ya alzó la voz y dijo que asesorará a los muchachos en Estados Unidos y serán bienvenidos quienes quieran regresar. La pregunta es: ¿en realidad querrán venir a este país, el cual en su momento no les ofreció oportunidades a sus padres y a ellos?

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