Se trata de una organización que presuntamente secuestró al empresario Alberto de la Fuente y tendría como antecedentes los casos de Alfredo Harp Helú, Diego Fernández de Cevallos, Rubén Omar Romano y Vicente Fernández hijo
Por: Staff 24 Horas Puebla
La banda de secuestradores que plagió en 1994 a Alfredo Harp Helú y a Diego Fernández de Cevallos en 2010 habría operado en Puebla, su víctima: el empresario Alberto de la Fuente y de la Concha, quien fue privado de la libertad en noviembre del año pasado y liberado el jueves 14 de septiembre.
De acuerdo con Arturo Luna, autor de la columna Garganta Profunda, la Fiscalía de Secuestro y Delitos de Alto Impacto (Fisdai) considera que podría tratarse de la misma organización criminal que durante los últimos años ha orquestado varios secuestros en el país, entre ellos el de Harp Helú y el panista, así como el del director técnico Rubén Omar Romano y Vicente Fernández hijo.
El organismo de la Fiscalía General del Estado (FGE) tendría los elementos suficientes para creer que este habría sido uno de sus primeros golpes en el estado de Puebla.
"(...) Oficialmente, no se informó sobre los detalles de su liberación, pero fuentes cercanas al caso aseguran que en las negociaciones intervino un equipo experto –de origen extranjero– en el rescate de víctimas de este tipo de delito y que se pagaron 'muchos millones de dólares' a los delincuentes, integrantes de una banda altamente peligrosa y sofisticada", escribió Luna Silva.
Alberto de la Fuente y de la Concha, refirió el también director del portal Puebla on line, fue secuestrado el 29 de noviembre de 2016 cuando circulaba por el Camino a Morillotla, en San Andrés Cholula, minutos después de haber dejado a su pequeño hijo en la escuela "Unión Montesori"; estuvo casi diez meses privado de su libertad.
Según Arturo Luna, con armas de alto poder, los supuestos plagiarios lo interceptaron para subirlo a una camioneta Voyager; luego cambiaron de vehículo: una Land Rover negra, emplacada en la Ciudad de México y acondicionada con estrobos –luces tipo torreta– en la cual huyeron.
La banda, explica Luna Silva, estaría integrada por policías en activo o ex agentes de alguna corporación similar, que planearían con antelación sus golpes, con un seguimiento preciso y paciente de sus posibles víctimas, apoyados de un sistema de radiocomunicación muy sofisticado.
