Usuarios y conductores de Uber y Cabify se acusan, unos de que el servicio deja mucho que desear y otros de que son los clientes quienes les piden modificar el trayecto e incluso bajar antes de llegar
Por Guadalupe Juárez
Tras la detención del conductor de Cabify por supuestamente haber privado de su libertad a la estudiante de la UPAEP Mara Fernanda Castilla Miranda, el gobernador del estado, José Antonio Gali Fayad, afirmó que ella se encontraría en Tlaxcala.
“Como sabemos, fue aparentemente llevada a Tlaxcala por su voluntad o contra su voluntad, se está investigando, eso es lo que se está haciendo en la Fiscalía con los teléfonos celulares y vamos a esperar qué resulta de la investigación que tenemos al día de hoy”, señaló.

Respecto a las versiones en redes sociales de que la joven fue encontrada muerta en el estado vecino, el mandatario estatal aseguró que es falsa.
En entrevista aparte, el fiscal General del Estado, Víctor Carrancá Bourget, declaró que una de las líneas de investigación sobre la desaparición de Mara es la trata de personas.
El martes, la FGE en conjunto con la Procuraduría General de Justicia de Tlaxcala detuvo a Ricardo “N”., conductor de la unidad donde viajaba la estudiante de la UPAEP, por aparentemente haberla secuestrado.
Versiones periodísticas apuntan que el sujeto fue localizado por el teléfono celular de la joven y a esto se sumaron las inconsistencias en su declaración ante el Ministerio Público.
Ayer, medios de comunicación difundieron un video que pertenece a la cámara de seguridad ubicada afuera del fraccionamiento donde vive Mara, en Torres Mayorazgo, donde se observa cómo el operador se estaciona frente a la zona residencial con las luces apagadas, después enciende y apaga la luz al interior del vehículo, sin que nadie ascienda o descienda del mismo. Después, se aleja en reversa y no es posible verlo a cuadro.
Esta versión contradice lo declarado en un inicio por el chofer de Cabify, pues no informó haber llegado a la entrada del fraccionamiento y aseguró que Mara le pidió bajarse metros antes de llegar.
Mara Fernanda Castilla salió del bar The Bronx, en San Andrés Cholula, a las 05:00 horas del viernes 8 de septiembre, solicitó el servicio de taxis privados, por lo cual arribó Ricardo “N” en un Chevrolet Sonic 2017.
Al día siguiente en redes sociales sus amigos y familiares iniciaron una campaña para localizarla. Inclusive su madre reveló que recibió llamadas telefónicas en las que le informaban que la joven de 19 años “se encontraba bien”.


CONDUCTORES VS USUARIOS
La desaparición de Mara ha desatado una guerra entre los conductores de Uber y Cabify con los usuarios.
Mientras los primeros acusan que son los mismos viajeros quienes en ocasiones piden al conductor seguir el viaje y descender antes de terminarlo sin indicarlo en la aplicación, los usuarios acusan que en los últimos meses el servicio ha empeorado y se han encontrado con choferes que toman rutas más largas y por calles peligrosas, además de hacer cobros indebidos en algunos de los viajes.
“Me ha tocado llevar a jóvenes que sus mamás las suben al Uber y a medio camino se cambian de ropa, dejan el uniforme y me piden que las deje bajar unas calles antes y que de favor llegue hasta el punto que me marcaron en la aplicación. Uno lo hacía para evitarse meterse en problemas, pero con esta situación, creo que no lo vuelvo a hacer”, aseguró Marco “J”., un socio de la empresa de Uber.
La misma opinión la compartió un conductor de Cabify, quien bajo la gracia del anonimato dijo que son los usuarios quienes piden que no modifiquen el viaje “a veces es porque no van al lugar que dicen, y quieren comprobar que sí hicieron el viaje”.
Usuarios entrevistados por esta casa editorial arremetieron en contra de los conductores de ambos servicios al reclamar que ya no brindan la misma atención que cuando llegaron a Puebla.
“Ahora si te encuentras a alguien que lleve botellas de agua ya es mucho, ellos mismos se van por rutas peligrosas y cambian el recorrido que indica la aplicación, lo hacen para que te indique más kilómetros y el viaje sea más caro; uno ya no se siente segura como antes al viajar con ellos”, dijo Angélica Báez, usuaria frecuente de los dos sistemas ejecutivos.
