Estudiantes de Arquitectura e ingeniería civil se dieron a la tarea de revisar edificaciones para valorar los daños

 

Redacción 

Este fin de semana partió una caravana de estudiantes voluntarios de la BUAP a San Francisco Xochiteopan, perteneciente a Atzitzihuacán, una de las comunidades de la Mixteca poblana con mayor número de viviendas destruidas, para emitir dictámenes técnicos sobre daños estructurales.

Alumnos de las licenciaturas de Arquitectura e Ingeniería Civil supervisaron cada edificación para diagnosticar en qué condiciones están y así evitar riesgos.

Las más de 15 brigadas de evaluación estructural arribaron a dicha comunidad alrededor de las 09:00 horas de este domingo; cada una estuvo dirigida por un académico, quien auxilió en la inspección de viviendas, escuelas o edificios públicos.

En esta comunidad ubicada a 20 minutos de Atlixco, inmuebles de adobe y concreto, recientes o de varios años, de uno o más niveles, sufrieron afectaciones. El movimiento telúrico de 7.1 grados en la escala Richter no hizo distinción alguna y convirtió en polvo y escombros el esfuerzo de familias enteras.

Los de trabajo coincidieron en que gran parte de los inmuebles está en el nivel rojo de su escala, es decir, presentan colapsos, aplastamientos, inclinaciones de elementos estructurales y hundimientos.

Frente a lo que fue la iglesia, los primeros grupos de voluntarios en llegar señalaron a los brigadistas de la máxima casa de estudios de Puebla las necesidades de la comunidad.

La vocación social de los universitarios se reflejó en las cerca de 11 mil 300 solicitudes que estudiantes y profesores enviaron para integrar los equipos de apoyo. Ante ello, la universidad coordinará el trabajo en los lugares afectados a fin de no exceder la ayuda en unos sitios y olvidar otros, así como no entorpecer las estrategias de reconstrucción.

“Me siento mucho más tranquila”, refirió Yuridia García Pérez, tras escuchar que su vivienda es segura. Junto a sus hermanos más pequeños, la adolescente de 15 años de edad siguió de cerca la inspección. Sus padres estaban ausentes, pues aunque los ocho que viven en ese hogar de apenas tres compartimentos corrieron con suerte, su abuela no: “Parte de su casa se cayó, así que fueron a sacar las pocas cosas que todavía sirven”, dijo.

En el sitio, uno de los profesores puntualizó que la falta de recursos económicos, así como la alta marginación serán dos de los grandes retos para la reconstrucción de la comunidad: “Muchos hogares no tienen un domicilio claro, por lo cual tuvimos que utilizar el Sistema de Posicionamiento Global (GPS) y otros mecanismos para ubicar las viviendas con afectaciones, que son muchas”, dijo. La información recabada se compilará en una base de datos que servirá para estrategias futuras.

Otro equipo arribó al preescolar de Xochiteopan. Los cinco expertos confirmaron que los pequeños edificios no sufrieron daños. El presidente del comité de padres de familia, quien abrió las instalaciones, pidió a los universitarios que también revisaran su vivienda. “No hay nada como tener la seguridad de que tu casa no se te va a caer. Queremos tener calma”, subrayó.

Al primer día de labores de las brigadas de la BUAP se sumaron colaboradores de los centros universitarios para la Prevención de Desastres Regionales (Cupreder) y de Participación Social (CUPS), así como grupos de avanzada de las facultades de Medicina, Enfermería, Estomatología, Psicología y de Medicina Veterinaria y Zootecnia y del Instituto de Física “Ing. Luis Rivera Terrazas”, para valorar la zona.

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