Por Osvaldo Valencia
La reubicación del hospital de San Alejandro costará alrededor de mil 500 millones de pesos, reveló el alcalde de Puebla, Luis Banck Serrato, lo cual incrementa el monto para la reconstrucción de la capital.
Apuntó que para la reparación de daños en el municipio se evaluará solicitar un apoyo al Fonden.
“Van a ser más de mil millones de pesos. Sólo reconstruir San Alejandro va a costar más de mil 500 millones de pesos”, refirió.
El presidente municipal señaló que el delegado del IMSS en Puebla, Enrique Doger Guerrero, le indicó que por el equipo que requiere el hospital para funcionar, se necesitará esa cantidad para reconstruirlo.
Banck Serrato dijo que se analiza la posibilidad de que se destinen los recursos contratados por obligaciones financieras para atender las construcciones dañadas, aunque por el momento esa no es una opción.
El edil explicó que de acuerdo con la Ley de Disciplina Financiera, sólo se puede acceder a recursos para proyectos de inversión productiva registrados, los cuales el Ayuntamiento sólo apuntó dos: para seguridad y de equidad.
Precisó que dependerá de los recursos que otorgue el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) para determinar si se solicitarán adicionales a los ya adquiridos, para atender la emergencia.
“Yo estimo que a más tardar en 15 días vamos a tener un corte del total de daños, y en función de eso tomaremos la decisión”, aclaró.
Para el rescate de los edificios históricos, Banck Serrato agregó que también buscará que el Fonden aporte a dicha causa.
Reconstrucción
Por separado, el director del Instituto Mexicano del Seguro Social, Mikel Arriola, declaró en entrevista con Pascal Beltrán del Río, para Imagen Radio que la reconstrucción de San Alejandro llevará un tiempo de entre 18 a 24 meses, aproximadamente.
Manifestó que durante el tiempo que el nosocomio no opere se apoyará de los hospitales de La Margarita, Tehuacán; en Córdova, Orizaba, en Veracruz; y en Tlaxcala.
Agregó que la dependencia buscará hacer efectivos los contratos de seguro para que los resarcimientos de las edificaciones lleguen rápido y no generen presión a las finanzas públicas.