El ganador en las elecciones: Leo Soto
Hay quienes dicen que pase lo que pase en las elecciones de 2018, quien ya ganó es Leobardo Soto Martínez. Resulta que el diputado local parece haber alineado a todas las secciones de la Confederación de Trabajadores de México para reelegirse por seis años más como líder estatal de esta organización. Ya no decimos del PRI, porque en realidad Leo Soto trabajó más para el PAN durante la jornada electoral del año pasado. Y, en sus propias palabras, es también uno de los más agradecidos con el ex gobernador Rafael Moreno Valle. Hay que quedar bien con dios y con el diablo, dice el dicho. Pero, ¿Quién es quién? ¿Será?
Otra de Doña Soco
El refrán el miedo no anda en burro aplica con la dirigente estatal del PRD, Socorro Quezada Tiempo, quien presumió ayer ante reporteros de la fuente que ella no es tan ingenua como algunos de sus compañeros –léase entre líneas hasta su mismo protector, el senador Miguel Barbosa–, para renunciar al Sol Azteca y saltar a Morena, pues no lo haría por miedo a quedarse sin nada como les ocurrió a varios. Es eso o en realidad esperará romper acuerdos desde la dirigencia estatal del partido por órdenes de Barbosa Huerta. ¿Será?
El Cachetes y el nerviosismo
La detención de Othón Muñoz Bravo, alias El Cachetes, puso nervioso a más de uno en Puebla y Veracruz. Y es que a decir del senador Javier Lozano Alarcón, el gasolinero consentido del capo huachicolero El Toñín , “se movía como pez en el agua en la sociedad” y tenía contacto con diferentes integrantes de la clase política poblana, a quienes conocía muy bien. Tras su caída, más de uno se puso a temblar por las fotografías o acercamientos que pudo tener. Lo que sí quedó comprobado es que el gobierno estatal cumplió con su promesa: “Caiga quien caiga” en la lucha contra el huachicoleo. ¿Será?
Zavala se mueve
El que sorprendió a todos fue Javier López Zavala, quien mandó a colocar una serie de anuncios espectaculares en la ciudad de Puebla y zona conurbada con la intención de hacerse promoción política con miras a 2018. El malogrado candidato en 2010 mantenía un acercamiento con Morena, pero al final quedó en eso. ¿Por qué se quedó en el PRI? Porque es un aliado del morenogalismo y pretende ser el caballo de Troya que opere la captación de muchos militantes del tricolor que seguramente decidirán abandonar su partido o simular su apoyo en las próximas elecciones. ¿Será?
