Muchos pensamos que la mafia del poder no dejaría pasar a Enrique, pero como somos los únicos que creemos en la democracia nos quedamos boquiabiertos cuando descubrimos que AMLO le cerró el paso
Crónicas Marcianas
Por Zeus Munive / @eljovenzeus
Nosotros somos los pendejos que aún creemos en la democracia.
Los nacidos en los años 70, no sé por qué, alguna vez creímos en los cambios políticos y la esperanza. Veíamos, a finales de los 90, esos discursos contra el régimen.
A medias entendíamos los textos de Carlos Monsiváis (no sean hipócritas, no por traerlo en sus sobacos significaba que lo leyeran) y sus críticas al PRI-Gobierno. Leíamos La Jornada que dirigía Carlos Payán y nos carcajeábamos de los cartones de Helguera, Patricio, El Fisgón. Leíamos El Chamuco. Nos dejaba perpleja la marcha zapatista y disfrutábamos de las excelentes crónicas de Hermann Bellinghausen.
Escuchábamos a nuestros padres quejarse de la inflación, de la devaluación, de que ya no alcanzaba para nada. Cantamos las canciones de Molotov contra el poder: “Si le das más poder al poder más duro te van a venir a coger”.
Y de pronto llegó Vicente Fox.
Y en Puebla llegó un apóstol de la democracia llamado Gabriel Hinojosa que intentó hacer las cosas bien pero le salieron mal. Y mientras Ana Teresa Aranda se rasgaba los cabellos fuera de Palacio de Gobierno, antes ubicado en la avenida Reforma, un autoritario Manuel Bartlett frotabasus manos y aceitaba los hocicos de la prensa en turno, a través Raúl Torres Salmerón, ahora convertido en un vendedor de antojitos y memelas por la iglesia del Perpetuo Socorro.
Obvio, las viandas o el piscolabis ya no traen chayote.
Y ahí vimos cómo López Obrador era desaforado. Luego escuchamos sobre la mafia del poder, de Televisa, después llegó un borrachín a la Presidencia de la República y desató una guerra que costó muchas vidas.
Y nosotros seguimos sentados frente al televisor como monos: viendo, votando y aplaudiendo.
Recientemente, el ex rector de la Universidad de las Américas Puebla, Enrique Cárdenas Sánchez, salió con una bola de reflectores y de yunques y gritó a los cuatro vientos: “Señores, yo soy aquel que va a traer el cambio que tanto esperaban”.
Muchos pensamos que la mafia del poder no lo dejaría pasar, pero como somos los únicos pendejos que creemos en la democracia nos quedamos con la boca abierta cuando descubrimos que Andrés Manuel López Obrador le cerró el paso.
Es decir, la mafia del poder.
Aparecieron fotos de un Cárdenas alicaído con el copete despeinado, su traje de burócrata de los años 70 –el cual no se quita ni para dormir– ya estaba arrugado.
Sus promotores también. Frunciendo el ceño. Mentando madres y exhibiendo a otro más de la mafia del poder llamado Luis Miguel Barbosa.
La encuesta que se mandó a hacer, seguramente fue así: Andrés Manuel se colocó frente al espejo de su casa y se dijo a sí mismo: “Buenas tardes, le puedo hacer una pequeña encuesta”.
Y, mirándose con interés; responde: “Este… sí, por supuesto”.
—Si hoy fueran las elecciones en Puebla para gobernador, ¿por quién votaría? ¿Por Luis Miguel Barbosa, Miguel Barbosa, por El Migue o por El Luis Miguel?
—Mmm, yo creo que por Luis Miguel Barbosa — le responde al espejo.
—De los siguientes nombres, ¿a quién conoce? ¿Luis Miguel Barbosa, Mike Barbosa, Barbosa, Luismi…?
—A Luis Miguel Barbosa.
—Muchas gracias por su tiempo.
—Al contrario.
Y el pasado lunes por la tarde, Morena en Puebla anunció que Luis Miguel Barbosa sería su candidato a la gubernatura.
La derecha poblana. Esa que aún cree en la democracia. Esa que piensa que debe existir un cambio dentro del cambio, se quedó con las manos en los bolsillos pateando un bote.
Enrique Cárdenas arrugó más su traje de burócrata de los años 70.
Y nosotros, fieles seguidores del Tío Gamboín y Rogelio Moreno, fieles a pensar que la política es una lucha de hombres buenos contra malos, seguimos creyendo pendejamente en la democracia.
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Yo no le voy a los Dodgers de los Ángeles pero me gustaría que ganaran la Serie Mundial.
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Esta es mi primera colaboración en 24 Horas Puebla. Agradezco a Mario Alberto Mejía su invitación, así como al buen José Hannan por permitirme este espacio. Se llamaban Marxianas por Groucho Marx, pero la verdad es que los lectores pensaban que era por Carlos y yo ni El Capital he leído. Así que ganó Ray Bradbury sobre todo el marxismo- leninismo y sobre los hermanos Marx. Estaremos aquí hasta que el cuerpo aguante.
Gracias y digamos: ¡La mafia del poder te saluda!
