Encrucijada
Por Luis Antonio Godina / [email protected]
En septiembre muchos mexicanos vieron cambiar su vida.
Una serie de desastres naturales afectaron a miles de familias y obligaron al Estado mexicano a responder con celeridad, atingencia y eficacia.
Esa fue la razón de mi ausencia en
estas páginas.
Mis responsabilidades en el Fondo de la Vivienda del ISSSTE (Fovissste) me llevaron a Chiapas a responsabilizarme de uno de los municipios afectados y trabajar con las autoridades de los tres niveles de gobierno para iniciar la reconstrucción.
Lo que vimos en las últimas semanas en el país nos muestra, al menos, dos caras de una misma moneda: la tragedia y el
ánimo ciudadano.
Lo que vimos nos muestra un camino que habíamos olvidado, el de la solidaridad, la unidad y el trabajo conjunto.
Lo que vimos fue que México es capaz de olvidar diferencias y perseguir
objetivos conjuntos.
Hoy, México y Puebla tienen un objetivo:
la reconstrucción.
Y debemos reconstruirnos todos, debemos comenzar la reconstrucción en los lugares donde hubo tragedias, reconstruir el tejido social, reconstruir la normalidad, reconstruir casas, reconstruir patrimonios,
reconstruir hogares.
En esa tarea el gobierno de la República está comprometido, como lo ha hecho desde el inicio de la emergencia, cuando los elementos del Ejército y la Marina acudieron para auxiliar a quienes sufrieron daños en sus propiedades y comenzaron a instrumentar el Plan DNIII.
El Estado mexicano y el gobierno de la República han estado donde los mexicanos lo han necesitado y, a partir de ahora, donde más lo necesiten.
Decenas de miles de servidores públicos han acudido a resolver problemas que la contingencia provocó, a levantar censos, a repartir ayuda, a estar cerca.
Por lo anterior es que hemos avanzado tanto, porque juntos sociedad y gobierno hemos podido enfocarnos en lo importante, en lo necesario y en lo urgente.
Y lo que sigue es la reconstrucción, en donde necesitamos reconstruirnos todos: reconstruir, además de la infraestructura que los sismos y las lluvias dañaron, la relación Estado-sociedad y partidos-electores, el ambiente político, las campañas electorales.
Es el momento de cambiar lo que nos ha dañado como país: la división, el encono, la falta de diálogo, la imposición y reconstruirnos, todos, alrededor de propuestas viables, de unidad.
Hoy necesitamos reconstruirnos y construir el puente hacia el futuro.
Hacia allá debemos ir todos.
