Datos del secretariado ejecutivo indican que el robo de vehículos se relaciona con el trasiego de huachicol y para trasladar mercancía extraída de los vagones

 

Por Guadalupe Juárez 

A la par de que aumenta la cantidad de saqueos a trenes, el robo de automóviles también va al alza en los municipios de Esperanza, Quecholac y Cañada Morelos, donde fueron detectadas ambas actividades ilícitas.

De acuerdo con datos de las autoridades locales, el robo de vehículos está relacionado con los delitos de trasiego de combustible robado y ahora, de igual manera, son usados para trasladar la mercancía extraída de los vagones, como alcohol, granos y electrodomésticos.

El Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Nacional (de donde se retoma la información otorgada por cada municipio) indica en su último informe que, en 2011 en Cañada Morelos no hubo denuncias por robo de vehículo con violencia y sólo uno sin violencia.

Seis años después y aun sin que termine el año, se contabilizaron 88 casos hasta septiembre en la modalidad con violencia, más siete perpetrados sin violencia, es decir, se abrieron 95 carpetas de investigación por este delito en la zona. Esta cantidad supera lo concentrado en los últimos cinco años.

En 2012, en esta demarcación hubo sólo un caso de robo con violencia y ninguno sin ella; en 2013 en las dos modalidades quedaron registradas tres denuncias; de ellas, dos hurtos violentos.

Para 2014 hubo seis casos –cuatro violentos–, al año siguiente 12 –cuatro sin uso de violencia por parte de los hampones–, durante 2016, 35 incidentes; de estos, 26 de los vehículos fueron arrebatados de manera violenta. En suma, de 2011 a 2016 fueron 58 vehículos robados.

 

El caso Esperanza

Algo similar sucede en Esperanza. Hace seis años sólo reportaron el hurto de 13 vehículos –ocho con violencia, cinco sin ella–; sin embargo, hasta el noveno mes de 2017 la cantidad de reportes se elevó a 66 –57 con crueldad y nueve sin ella–.

El desglose de cifras en los años siguientes muestra cómo se elevaron los casos de manera exponencial. Durante 2012 hubo 15 robos con violencia y 17 sin ella, en total 32 carpetas de investigación abiertas al respecto; al año siguiente se redujeron a dos de cada modalidad, es decir, cuatro casos.

Para 2014 fueron 18 incidentes, de los cuales 15 fueron con agresión y tres no; 2015 concentró 17, 11 violentos y seis no; hace un año hubo 16 denuncias, de las cuales 12 robos fueron cometidos con crueldad, cuatro sin ella.

En total, de 2011 a lo que va del 2017 en la región hubo un total de 166 robos de vehículos.

 

No sólo huachicoleo

En 2011 en Quecholac, donde además se han concentrado bandas dedicadas también al robo de combustible y saqueo de trenes, se registraron 20 robos de vehículos, de los cuales 12 fueron con agresiones y ocho sin violencia.

Al año siguiente los casos incrementaron a 25, de los cuales en 15 los delincuentes utilizaron exceso de fuerza. Durante 2013 sumaron 13 –una decena sin registro de actos violentos–; en el siguiente periodo fueron 14 –sólo dos de ellos con agresiones–; un año después los casos presentados sumaron 29, en 15 de estos hubo violencia. En 2016 se registraron 25 hechos de este tipo, 12 de ellos con exceso de fuerza.

Pero en lo que va de 2017, contabilizaron 48 casos de este tipo, de los cuales 35 corresponden a hurto con violencia y 13 sin ella. Un incremento de 140% en los últimos seis años.

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