El líder huachicolero de Veracruz y Puebla se convirtió en el principal objetivo del gobierno del estado, la marina y el ejército
Garganta Profunda
Por Arturo Luna Silva / @ALunaSilva
La muerte del líder de Los Zetas, quien operaba en Orizaba y en municipios colindantes con Puebla, Pablo Arcenio Cruz Martínez, alias El Chaparro o El Conta, junto con uno de sus escoltas, Rosendo Juárez Rodríguez, también conocido como El Compadre, quienes fueron abatidos la semana pasada en Tecamachalco por elementos de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar), significa el principio del fin de El Bukanas, Roberto de los Santos de Jesús, el principal –y más violento– líder huachicolero del triángulo rojo del estado, diversificado también en delitos como el cobro de piso, extorsión, secuestro y homicidio, así como robo a trenes de carga de Ferrosur.
Y es que la caída de El Chaparro, el principal impulsor –casi el creador– de El Bukanas, revela que se va estrechando más el cerco establecido por la Semar y el Ejército, en coordinación con el gobierno del estado encabezado por Tony Gali, en torno a este peligroso
–y escurridizo– delincuente, que azota Puebla y Veracruz.
A pesar de la emergencia que se planteó por los sismos de septiembre para las fuerzas armadas del país, no se ha quitado el dedo del renglón y la captura de De los Santos sigue siendo la “más alta prioridad”, pues de ello depende en gran parte que la zona con mayor ordeña de ductos de Pemex y trasiego del combustible robado recobre la tranquilidad perdida.
Como dijo hace poco un alto mando de la Marina a su interlocutor del gobierno estatal: “No importa dónde se esconda, ni por cuánto tiempo, pero va a caer; pronto va a caer. Cayó El Chapo (Guzmán), ¿por qué no caería El Bukanas”.
Su cabeza tiene precio: un millón de pesos de recompensa a quien aporte datos que ayuden a su aprehensión.
Roberto de los Santos ha escapado al menos tres veces de operativos de la Marina: el 9 de marzo y el 21 y 24 de julio. Su persecución ha dejado un reguero de pólvora y de muertos: tres agentes de la Fiscalía General del Estado, un integrante de la Semary nueve ladrones de combustible.
“Por escasos minutos ha logrado evadirse”, dice una fuente cercana a la estrategia federal de combate a las mafias del huachicol, y quien da virtualmente desarticulado su círculo de seguridad personal, cuyos integrantes han sido abatidos o detenidos, como es el caso de El Cheque, aprehendido hace unos días en San Francisco Ocotlán, Coronango.
Se le acaba el tiempo a El Bukanas, en círculos de inteligencia policiaca está su ficha que tiene datos básicos sobre sus antecedentes, zona de operación, principales operadores y hasta vínculos familiares.
De acuerdo con esa ficha –un resumen que aquí se publica–, antes de convertirse en entrenador de sicarios y “estacas” de Los Zetas en Veracruz, fue comandante de la Policía Municipal de Maltrata, en la región montañosa veracruzana; en sus inicios se vinculó con el grupo delictivo denominado Nueva Sangre Zeta, del cual tomó el mando tras la detención del líder, José Eduardo González Barrera, alias El Lalo.
Su primera zona de operaciones fue el corredor Tierra Blanca, Veracruz-Cuacnopalan, Puebla; pero realmente salió a la luz pública como líder criminal y huachicolero en septiembre de 2014 tras una irrupción militar en el narcorrancho “San Pedro”, en la congregación Sierra Agua en Las Cumbres de Acultzingo, que además puso en evidencia la red de delincuentes y de corrupción que operaban Los Zetas con las fuerzas policiacas de Veracruz –y también, claro, de Puebla–.
En ese rancho, Roberto de los Santos entrenaba a policías municipales en activo de Maltrata y Acultzingo para convertirse en futuros “estacas” de Los Zetas, es decir, jóvenes de entre 17 y 25 años de edad a quienes se les adiestraba para “tablear” víctimas, torturarlos en fosas de aguas residuales y accionar armas de alto poder.
Hoy, El Bukanas es El Rey del Huachicol, el principal líder en la extracción y comercialización del combustible robado a Pemex, con un negocio millonario y fuente pródiga en complicidades.
