El INEGI señala en un informe que sólo en Ecatepec, Toluca, Villahermosa, Coatzacoalcos y CDMX superan a Puebla en la apreciación

 

Por Mario Galeana 

El miedo viaja en cuatro ruedas: para los poblanos no hay sitio urbano más inseguro que el transporte público. Ni la ciudad ni los cajeros automáticos ni las calles superan el porcentaje de la población que teme más abordar un autobús, taxi o, incluso, Uber.

Puebla es la sexta ciudad del país en la que sus habitantes se sienten más inseguros al viajar en transporte público, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU).

El informe, publicado ayer, revela que 88% de personas con 18 años o más teme usar uno de estos vehículos. El dato es sobrecogedor si se contempla que el transporte en Puebla mantiene a sus usuarios apretados entre una o tres horas al día, mientras el autobús viaja apenas a una velocidad promedio de 15.36 kilómetros por hora, de acuerdo con la asociación civil El Poder del Consumidor.

La lentitud y el tiempo de traslado, los cuales también generan pérdidas anuales por más de cinco mil pesos para sus usuarios, incrementan la probabilidad de los delitos: hoy se puede ser víctima hasta en cinco formas distintas dentro de un autobús o un taxi, según la Asociación Mexicana de Transportes y Movilidad (AMTM).

 

Menos inseguros en cualquier otro lugar

Sólo en otras cinco ciudades del país los niveles de percepción de peligro dentro del transporte público rebasan los registrados en Puebla.

Se trata de Ecatepec y Toluca, en el Estado de México; Villahermosa, Tabasco; Coatzacoalcos, Veracruz, y la Ciudad de México, en específico dentro de las zonas norte, sur y poniente.

Según la ENSU, en la capital la gente se siente más insegura al abordar el transporte público que en el resto de la ciudad: 88% dijo sentirse inseguro cuando toma una ruta; en cambio, sólo 75.4% dijo sentirse inseguro en Puebla.

La percepción de riesgo en el transporte rebasa, incluso, el uso de los cajeros automáticos: 83.4% dijo al Inegi, realizador de la encuesta, tener miedo al retirar dinero.

Aunque la encuesta no precisa el tipo de transporte público, fueron influidas por los recientes aseinatos de mujeres cometidos en la entidad, donde se vieron implicadas las plataformas Uber y Cabify, las cuales prestan el servicio de transporte de tipo ejecutivo.

El miedo al usar un autobús o un taxi privado queda reflejado en los hábitos de cada ciudadano. Según el Inegi, 81.4% de los poblanos dejó de usar objetos de valor al salir de casa. Este porcentaje sólo es superior en la parte norte de la Ciudad de México y Coatzacoalcos.

 

El terror viaja en 4 ruedas

Lento y riesgoso, quizá esa es la síntesis hecha por las organizaciones civiles sobre transporte público en la ciudad de Puebla.

De acuerdo con El Poder del Consumidor, 51% de quienes utilizan autobuses urbanos ocupan hasta una hora en trasladarse. Y 31% de los usuarios señaló que pierde más de dos horas. El futuro, para los usuarios, no es prometedor: 60% afirma que cada vez tarda más en llegar a su destino.

La pérdida de tiempo genera otra pérdida: la de dinero. Al viajar en autobús, cada usuario pierde cinco mil 520 pesos al año por la duración del traslado, de acuerdo con el cálculo que la organización realizó en 2015 dentro de un informe denominado Pérdidas millonarias por fallas en la movilidad urbana en las principales zonas metropolitanas del país.

Cada minuto perdido en el transporte significa, también, un minuto más el riesgo de ser víctima: existen al menos cinco diferentes modalidades de ilícitos que pueden presentarse en un autobús, taxi mercantil o privado.

Robo violento, robo de cartera, acoso y abuso sexual, homicidio o secuestro exprés es la diversificación del delito que ha sido alertada por organizaciones como la AMTM.

Sólo el robo colectivo puede dejar para los delincuentes un botín de al menos 30 mil pesos, de acuerdo con la organización. Y, según los cálculos, todos pierden: para el chofer, el tiempo de la denuncia ante las autoridades representa también un desembolso de cuatro mil pesos.

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