Como persona de “sociedad”, Karime Macías Tubilla se hizo aficionada a la equitación, deporte atribuido a gente de “clase alta”; frecuentaba el Club Hípico Briones, el cual mandó a remodelar
Traspatio
Por Luis Pavón /@pavonlui
Porque merecía abundancia, Karime Macías Tubilla, –esposa de Javier Duarte, ex gobernador de Veracruz–, solía gastar 80 mil pesos diarios que pagaba con tarjeta de crédito. Una tarjeta que le “regaló” un amigo cercano a la familia, que aparece en la lista de los prestanombres.
Como persona de “sociedad” se hizo aficionada a la equitación, deporte atribuido a gente de “clase alta”.
Se compró varios caballos, y, presuntamente, hasta un club hípico.
Troya y Behyacinte son parte de los lujos de la ex primera dama de Veracruz. Dos yeguas pura sangre, de origen holandés, con un valor estimado entre un millón y millón y medio de pesos, cada uno, y que fueron confiscados por la Fiscalía de Veracruz, a principios de septiembre pasado.
Los equinos están registrados a nombre de Karime Macías, según consta en los pasaportes expedidos por la Federación Mexicana Ecuestre, cuyas copias tiene este reportero.
Actualmente se encuentran en el Club Hípico Briones, que también fue asegurado por la fiscalía veracruzana, que además investiga si el lugar ya era propiedad de la esposa de Javier Duarte.
Datos de la Fiscalía indican que en el campo ecuestre Briones hay 54 caballos, la mayoría procedentes de Países Bajos, de los cuales sólo 10 han sido reclamados por sus dueños, por eso se indaga cuántos más pueden ser de la ex primera dama.
Según las primeras investigaciones de la Fiscalía, se presume que cuatro equinos más son de Karime Macías, registrados a través de otras personas; mientras que Apollo, su caballo favorito, fue retirado de ese club hípico antes de que ella y su esposo el gobernador terminaran su periodo en la administración pública, me contó un empleado del club hípico.
“Venía como cada 15, 20 días. Venía a montar. El patrón nos decía: barran al frente, tengan todo limpio porque va a venir la señora Karime. Todo estaba limpio y los baños también para que la señora viniera”, me dijo el empleado con quien platiqué.
Las yeguas de Karime Macías fueron comprados a la empresa VDL, reconocida y elogiada en todo el mundo, ya que produce caballos deportivos, ganadores de competencias internacionales.
El Club Hípico Briones, con una extensión de dos hectáreas, se ubica en Coatepec, municipio conurbado a Xalapa, en una zona boscosa de alta plusvalía a la cual se llega por un camino de terracería, y que presuntamente fue remodelado con recursos públicos. Originalmente las caballerizas eran de lámina, pero, cuando Karime Macías y sus hijos empezaron a asistir para tomar clases de equitación y entrenar, mandó a hacer algunos cambios. Se construyeron galeras de concreto, con techo de teja. Al baño le hizo un lavabo de mármol.
El empleado del campo ecuestre con quien hablé me narró lo siguiente: “Vino un temporal muy fuerte en la madrugada y nos destrozó la lamina para la parte de atrás. Estaba el goteadero, ella vino a montar. No le gustó porque estaba el goteadero, porque se iba a gotear su caballo y mandó a hacer el techo de las galeras”.
En la cuenta pública de 2015, el Órgano de Fiscalización Superior de Veracruz (Orfis), señaló que la empresa Equs Equitación, dueña del Club Hípico Briones, recibió un pago irregular de un millón 250 mil pesos. Dinero que erogó la Secretaría estatal de Gobierno.
Incluso, dicha empresa reclama el pago de tres eventos realizados a petición del gobierno de Veracruz. Es decir, la administración duartista le quedó a deber.
Juan Carlos Arriaga, quien aparece como dueño del Club Hípico, trató de deslindarse de Karime Macías y declaró a la Fiscalía de Veracruz, que ellos sólo la entrenaban y guardaban sus caballos.
No obstante, él y su esposa Dulce Radilla Quiñones interpusieron un amparo ante el juzgado Décimo Séptimo de Distrito, con sede en Xalapa, contra cualquier orden de aprehensión en su contra.
Pero en la Fiscalía de Veracruz no sólo se investiga si hubo desvío de recursos públicos en el Club Hípico Briones.
También abrió una investigación contra Karime Macías, sobre lo que planeaba construir en 20 hectáreas aledañas al club hípico. Presuntamente iban a construir un fraccionamiento de lujo.
Según la fiscalía veracruzana, planeaban llamarlo “Las Hayas Country Club”. La indagatoria se basa en que uno de los socios tenía su domicilio en una tortillería del municipio de Banderillas, pegado a Xalapa.
Hasta la fecha, los dueños de esos terrenos no se han presentado a reclamar sus tierras.
El Club Hípico Briones es visto como de “segunda división” por el “abolengo” xalapeño. El más importante es el de “Coapexpan” pero según me contaron amigos de la “sociedad” de Xalapa, la esposa de Duarte no fue aceptada como socia.
A Karime Macías le gustaba organizar eventos ecuestres, incluso participaba. El 10 de octubre del 2011 mostró sus habilidades en la equitación ante su marido el gobernador.
La nota del portal cambiodigital.com.mx relata:
“Con el aval de la Federación Ecuestre Mexicana, este domingo se desarrolló el Concurso Nacional de Salto Xalapa Otoño 2011, en donde el gobernador Javier Duarte de Ochoa participó como invitado de honor en la exhibición de la destreza de los jinetes, en donde su esposa, la señora Karime Macías de Duarte, consiguió uno de los primeros lugares”.
¿Uno de los primeros lugares? ¿En qué lugar habrá quedado? Si hubiese sido dentro de los tres primeros seguramente lo habrían mencionado.
La pasión por la actividad ecuestre, Karime Macías Tubilla, esposa de Javier Duarte, la reflejó hasta en su columna Casa Veracruz, que en 2014 se publicaba en varios medios del estado.
En el texto titulado “La patria, grande se hizo a caballo”, Karime Macías escribió:
“Al igual que en la monta en donde no todo depende del jinete, pues el 50% depende del caballo, en gobierno no todo depende de los titulares…(Sic)…Jinete y político se lanzan a la pista con la intención de hacerlo bien, en caso de fallar ellos mismos van de por medio y las consecuencias pueden ser fatales. No conozco un jinete que monte con la idea de caerse, ni un político que trabaje con la intención de manchar su nombre (no digo que no los haya, aclaro, digo que no los conozco)”.
¿No los conocía? –¡Qué cosas!– Lo tenía a un lado, dormía con él.
Su pasión por los caballos es un hecho. Si hubo o no malos manejos de recursos públicos para sus actividades ecuestres habrá que esperar a los resultados de la investigación de la Fiscalía de Veracruz.
