Los Guisantes de Mendel
Por: Víctor Florencio Ramírez Cabrera / @vicfc7
Imagine usted que está haciendo la planeación del año siguiente de su oficina y al jefe se le ocurre (en 2017, casi 2018) que en lugar de instalaciones ad hoc para que todos usen computadoras personales, comprarán máquinas de escribir.
¿Le parece lógico?
Pues no. Pero hay quien propone hacer algo similar, con cargo al erario, y la mayoría de la gente lo aplaude y alienta.
Si fuera adecuado tener máquinas de escribir, todos o por lo menos algunos, la usarían o procurarían hacerlo. No conozco alguien que lo haga en estas fechas. Las pocas máquinas que siguen en uso son para llenar formatos burocráticos igual de arcaicos.
Por eso en México nadie ha invertido en refinerías a pesar de que la ley ya lo permite, el mercado está optando por vehículos con menor o sin consumo de gasolina.
Hablando de la venta de vehículos eléctricos o híbridos, en el año 2015 se vendieron 1,842 mientras en 2016 8260. Tan sólo de enero a julio de 2016 se vendieron 3724 y en el mismo periodo del año 2017 la cifra fue de 5,711 o sea 53% mas que en el mismo periodo del año anterior.
El dato más espectacular es de enero a febrero de este año, donde la venta de estos autos pasó de 256 unidades vendidas a casi 900, todo esto según cifras de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz.
En pocas palabras, el crecimiento del mercado de híbridos y eléctricos es exponencial. Si el sector mantuviera un crecimiento del 100% anual (que es mayor pero difícilmente se mantendrá) en 2026 estarían vendiendo 4 millones de vehículos de este tipo y en 2029 estarían desplazando el total de vehículos de este país, lo que significa reducir el consumo de gasolina drásticamente.
Si en 2019 se iniciará la construcción de una refinería y se terminará sin contratiempos ni sobrecostos, en 2024 tendríamos ya una sobrecapacidad de refinación respecto del consumo, que tendería a bajar.
Entonces, habríamos gastado miles de millones de dólares en subsidiar un medio ya obsoleto. Tan grave como comprar una máquina de escribir en lugar de computadoras, pero a costos muchas veces más alto.
Por lo antes expuesto invertir recursos en una refinería resulta absurdo a diferencia de hacerlo en una nueva terminal aérea, por ejemplo. La demanda de esta última tiende a crecer, la de las refinerías tenderá a bajar. Comparando estos proyectos: tan mal negocio es la refinería que ningún privado ha iniciado la construcción de alguna, a pesar de anuncios espectaculares de posible construcción mientras que en el aeropuerto hay inversión privada abundante.
La tendencia sobre los autos con menos consumo de gasolina es tal que ya alguna marca puso fecha límite para seguir armando autos de combustión interna simple.
Finalmente, tal vez voltear a los países petroleros nos ayude a tener clara la tendencia de futuro: los países árabes, las potencias petroleras del mundo, empiezan a hacer inversiones millonarias no en refinerías, sino en energía solar.
Los telómeros: mientras la promesa populista es usar dinero público para bajar precios de energéticos que tienden al desuso, la reforma logras el récord de los precios de energía más bajos de la historia, con energía limpia, mediante solar fotovoltaica e inversión totalmente privada.
