Staff 24 Horas Puebla

“Uno no tiene tiempo para ver si la pared se le va a caer encima o no, lo que uno quiere es sacar las ganancias del día para su familia”, dice un vendedor informal.

Comerciantes ambulantes continúan vendiendo sus productos de manera ilegal en las calles del Centro Histórico, pese a que hay algunas estructuras dañadas y acordonadas tras el sismo del 19 de septiembre. Su prioridad es conseguir las ganancias para sostener a su familia.

Raúl tiene un puesto de cemitas sobre la 16 Poniente, a un costado del mercado 5 de Mayo, por el temblor no había regresado a las calles del Centro Histórico.

“Pues sí hay miedo, pero uno tiene que chambear y comer. Las ventas andan flojas, se ve que en la gente también hay miedo porque vaya a ocurrir algo como ese día”, comenta.

Sin embargo, el miedo no existe en el vocabulario de Julio, quien vende verduras en las calles del Centro y que prefiere ocupar un espacio informal a estar en el mercado 5 de Mayo.

Viaja desde las seis de la mañana de Balcones de Sur y declara que “uno no tiene tiempo para ver si la pared se le va a caer encima o no (por el sismo del 19-S), lo que uno quiere es sacar las ganancias del día para su familia”.

De igual manera, Antonio, un vendedor de cemitas instalado en el Corredor Comercial Temporal, menciona que a pesar del susto que les provocó el temblor, tienen que chingarle para llevar el dinero y la comida a sus familias.

El día del sismo, él vio cómo una parte de un edificio del Centro Histórico se derrumbaba en la 12 Oriente y le quitó la vida a un indigente.

“Uno todavía se acuerda y le da miedo lo que pasó ese día, pero la verdad tenemos que trabajar, llevar dinero y comida a nuestras familia”, expresa el ambulante.

Con información de Osvaldo Valencia

 

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