En este artículo se destaca el compromiso social que adquieren los estudiantes en el uso de las nuevas tecnologías
Plumas Ibero Puebla
Por Christopher Eduardo Herrera Guerrero
A los comunicólogos nos gusta contar historias, nos gusta analizar el sentido estricto escondido detrás de cada discurso, de cada nota, boletín o artículo publicado por la prensa; nos apasiona crear atmósferas inimaginables a través de la fotografía, el video y el sonido, pero principalmente nos emociona, gracias a nuestro sesgo sociológico, contemplar el comportamiento de las sociedades que intentan convivir en este mundo cada vez más fragmentado y desigual.
Con este conjunto de inquietudes e ideales buscamos resarcir, desde la construcción de los mensajes, el uso de los lenguajes y las relaciones que estos crean en la interacción de las personas.
Desde el segundo semestre del año en curso, la Coordinación de la licenciatura en Comunicación de la Ibero Puebla, académicos y algunos alumnos manifestamos nuestra inquietud ante las nuevas dinámicas que juegan diversas plataformas digitales en los procesos comunicativos y cómo estas nuevas prácticas virtuales han encontrado un nicho en la preferencia de las comunidades que no discriminan en cuestión de género, edad y sector social.
Para asumir el compromiso de comunicar de manera responsable e instruir a las nuevas generaciones en este arte-oficio, decidimos hacer énfasis en el uso de los fundamentos de la comunicación y la utilización de las herramientas digitales vigentes más populares entre jóvenes, empresas y medios de información transmedia.

Continuando con la logística propuesta por la universidad y poniendo en práctica nuevos conocimientos en materia de comunicación digital, fueron esbozados dos proyectos que articularían la responsabilidad social, la fundamentación teórico-práctica de las ciencias sociales, el uso del lenguaje audiovisual y la investigación documental, para exponer de manera integral el potencial que los productos generados por nuestros jóvenes comunicólogos tienen y el aporte que otorgan a nuestras sociedades.
Como primer proyecto se generó una serie de videos cuya característica principal es tener una visión de 360 grados; este formato permite al internauta gozar de una experiencia virtual que le transforma en transeúnte del lugar en donde el video fue grabado.
Así, bajo este esquema, los alumnos decidieron dar voz y una nueva mirada a uno de los proyectos más nobles que tiene la labor del estudiante de una universidad jesuita, el servicio social de inserción. Los videos Conociendo Xochitlán y Trabajar en Xochitlán nos permiten vivir una experiencia en la Sierra Norte de Puebla y conocer a fondo los proyectos ofertados por el servicio social de la universidad desde hace más de ocho años donde, trabajando en conjunto con el Laboratorio de Innovación Económica y Social (Laines), han apoyado a proyectos gestados desde la comunidad; en esta ocasión nos adentramos en el caso de Makuil-se, una empresa zapatera que produce calzado artesanal con colecciones inspiradas en las danzas típicas de la región, y en Tlalocan, un proyecto de desarrollo sustentable que permite a los visitantes conocer diversos elementos culturales que exponen la identidad de la región.
La intención de generar materiales audiovisuales con características inmersivas como el video 360º es permitir a cada espectador conocer de manera más profunda la comunidad, los proyectos y la visión que los habitantes tienen.
Para la realización de este proyecto se pusieron en práctica conocimientos de guionismo, producción audiovisual, producción sonora e investigación documental que fue sustentada por el enlace académico del Departamento de Servicio Social de la Ibero Puebla con la comunidad, la profesora Georgina Morán.
El segundo proyecto que resultó un desafío para las prácticas de producción televisiva fue una transmisión en vivo vía streaming de Expo Ibero, donde los alumnos de la licenciatura en Comunicación pusieron en práctica sus conocimientos de lenguaje audiovisual para el adecuado manejo de cámaras y luz en un set generado específicamente para esa ocasión. En el programa en vivo se entrevistó a los alumnos que desarrollaron proyectos sobresalientes en las asignaturas de Fotografía, Taller de Televisión y Video, Práctica de la Producción Audiovisual, Práctica de la Producción Sonora y Proyecto Profesional Integrador 3.
Como proyectos derivados de dichas asignaturas destacaron dos: el cortometraje No pasa nada, realizado por las alumnas Mariana Suárez y Karime Begines, cuya temática es sobre feminicidios en la ciudad de Puebla, con la finalidad de prevenir y concientizar a la ciudadanía en temas de violencia de género, y el proyecto documental Los días después, una memoria audiovisual que contextualiza la experiencia de los habitantes de Tochimilco, una pequeña comunidad del estado que sufrió severos daños después del terremoto del 19 de septiembre.
En este corto documental los estudiantes Pablo Luna, Adriana Ríos, María García, Luis Tepole, Copelia Galicia, Isabel Camacho, Úrsula Mingo, Omar Feria y Hanna Haz hacen evidente la deficiente cobertura mediática que se realizó en localidades que no son la Ciudad de México después del sismo y cómo la sociedad civil contribuye solidariamente a la reestructuración para normalizar la situación en la comunidad.
El aporte de la transmisión en línea a través de internet posibilitó que dichos contenidos llegaran a más personas de manera simultánea y los trabajos pudieran ser vistos por audiencias fuera de la universidad.
Estos proyectos son una muestra de lo que la licenciatura podría potencializar de manera conjunta con la formación crítica y el análisis mediático, fortaleciendo estrategias de comunicación para la restructuración del tejido social, demostrando el compromiso de un universitario jesuita.

