El costoso camino de Anaya

Para llegar a estar a un paso de la candidatura del PAN a la presidencia de la República, Ricardo Anaya Cortés tuvo que pagar una muy cara factura y dejó un camino plagado de enemigos: Gustavo Madero, Margarita Zavala, Felipe Calderón Hinojosa, Rafael Moreno Valle y hasta el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera. Y a eso hay que agregarle que es el primer presidente nacional del albiazul que rompió las viejas reglas no escritas y utilizó la estructura partidista para fortalecer sus aspiraciones, lo cual no sólo fue duramente criticado por sus adversarios sino que fracturó todo tipo de equilibrio. ¿Será?

 

La pipitilla anayista

Una vez que se supo de la renuncia y destape de Ricardo Anaya Cortés, quien era conocido como el Chico Maravilla y ahora es el Chico Traicionero, en Puebla despertó la pipitilla panista para festejar la unción del queretano, pero las fuerzas vivas del anayismo sólo alcanzaron para sumar a un diputado federal, un empleado de la mano derecha del joven político, algunos integrantes de la Organización Nacional del Yunque que dejaron a su suerte a Margarita Zavala, así como uno que otro militante albiazul despistado. ¿Será?

 

Lastiri y los sueños de opio

Quienes escribimos esta columna ya no sabemos si reír o realmente preocuparnos por la estabilidad mental del subsecretario de la Sedatu, Juan Carlos Lastiri Quirós, quien aseveró que si en la designación de candidaturas del PRI no hay cuatachismo, él podría aportar un millón de votos a la campaña de José Antonio Meade Kuribreña. Las cifras son incontrovertibles: con carretadas de dinero y por lo menos dos años en una descarada campaña no pudo alcanzar los dos dígitos en las encuestas, siendo así la realidad, entonces la pregunta es: ¿Dónde sacará los sufragios que ahora promete? ¿Será?

 

Gali y la vía social

Como parte de su discurso en el encuentro por el festejo decembrino con medios de comunicación, el gobernador José Antonio Gali Fayad reiteró su compromiso de cumplir con el tiempo que dura su mandato y no perseguir una candidatura por otro puesto de elección popular. Las palabras para explicarlo fueron contudentes: “No persigo fines políticos, persigo fines sociales. Muchos no nos vamos a ir, y no nos vamos a mover”. Así quedó sellado el compromiso que por ahí del mes de marzo había hecho de mantenerse hasta el último día de su gobierno y no dejarse llevar por el canto de las sirenas. ¿Será?

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