El autor denuncia los señalamientos contra el edil de Pijijiapan, Chiapas, de favorecer a funcionarios del ayuntamiento en el censo de damnificados del sismo del pasado 7 de septiembre
Traspatio
Por Luis Pavón / @pavonlui
El que nada debe nada teme, me dijo el presidente municipal de Pijijiapan, Chiapas, Aristeo Trinidad Nolasco, cuando lo busqué para hacerle una entrevista sobre los señalamientos de haber favorecido a funcionarios del Ayuntamiento en el censo de damnificados del sismo del pasado 7 de septiembre, a pesar de que sus casas no tuvieron daños.
Sólo que no me podía dar la entrevista porque estaba de viaje, me expresó. No obstante, comisionó a un grupo de tres funcionarios, quienes al final dijeron que sólo uno sería quien tuviera la palabra.
Todo sucedió a raíz de una asamblea ciudadana en Pijijiapan, epicentro del fenómeno telúrico del 7 de septiembre.
En esa reunión celebrada en la calle, con orejas del Ayuntamiento, los pobladores denunciaron que el alcalde Aristeo Trinidad Nolasco manipuló la ayuda a los afectados, ya que muchos fueron censados, obtuvieron un folio pero no fueron registrados en el sistema.
El Ayuntamiento de Pijijiapan fue el encargado de elaborar el censo de afectados y entregaron a la Sedatu un padrón de tres mil 193 viviendas con daños, lista que se cerró el 19 de septiembre, me aseguró el regidor Miguel Arana, funcionario designado por el alcalde para dar la versión de la autoridad municipal.
¿Quiénes de la Comuna elaboraron esa lista?”, le pregunté. “Los responsables que ves aquí somos todos. Responsable es el Ayuntamiento en general, ya que somos la primera instancia de gobierno ante la sociedad y nos sentimos responsables de haber emitido esa evaluación de daños”, respondió el regidor, seguro de lo que decía.
Pero un día después, en una entrevista vía telefónica, el alcalde Aristeo Trinidad, del Partido Verde Ecologista, y quien no lo dice pero busca la reelección, dijo lo contrario. Deslindó a su administración de haber realizado ese censo y le pasó la bolita a la Sedatu.
Para justificar que varios funcionarios y hermanos de éstos aparezcan en el padrón de damnificados, tanto el regidor Arana como el presidente municipal argumentaron que el sismo no hace distinción; en eso tienen razón, sólo que no pudieron explicar que esos funcionarios no tuvieran daños en sus viviendas.
Algunos funcionarios de la municipalidad de Pijijiapan que aparecen en la lista oficial de beneficiados son la regidora Marcelina Pico Cruz, la directora municipal de Turismo, Nayeli Hernández de la Rosa, esposa del secretario municipal y quien formó parte de la comitiva de funcionarios designados para hablar en la entrevista; sin embargo, optó por no declarar en ese momento. Es parte de los beneficiados.
También aparecen Verónica y Jovani Antonio Lorenzana, hermanos del regidor Yoni Antonio Lorenzana y el ex presidente municipal Sergio Ley Morales, quien en su red social dijo que su casa tuvo daño parcial y por eso fue beneficiado, pero lo que no mencionó es que buscó recursos para tres propiedades, según la lista vecinal de damnificados.
“Cuando nos sucedió el terremoto no hubo oportunidad de poder decir: tú no puedes calificar porque no trabajas en el Ayuntamiento o no puedes entrar porque trabajas aquí”, señaló el alcalde chiapaneco.
Además de cómo se realizó el padrón de damnificados, los pobladores están molestos porque las tarjetas de Bansefi no están llegando a todos.
Es el caso de María Antonia Martínez y Velio Cruz Cruz, quienes tuvieron daños en sus casas, se les cayó el techo y los cimientos quedaron frágiles. El dictamen de la Sedatu fue pérdida total; incluso se les notificó que sus viviendas deben ser demolidas. Han pasado casi tres meses del sismo, aparecen en la lista oficial y no les han entregado la tarjeta.
En ambos casos la burocracia ha influido:
“Me dieron una hoja de derrumbe, anduve buscando la firma de la Presidencia Municipal pero nunca me lo dieron. ‘¿Quién le dio esa hoja?’ Un ingeniero que vino de parte de Sedatu. Me explicó que tenía que firmármelo una persona de la presidencia, fui en busca de la firma y nunca me la dieron... simplemente me dijeron que no, que no me la podían dar”, me contó María Antonia Martínez.
El edil Aristeo Trinidad Nolasco, quien afirma que el censo es responsabilidad de Sedatu, asegura otras cosas que, según sus dichos, no son de su incumbencia pero las dice con seguridad.
Por ejemplo, detalla que de las tres mil 193 viviendas afectadas, 250 quedaron fuera de los apoyos porque los dueños no estuvieron presentes cuando pasaron a evaluar los daños. Mientras que las casas de 904 personas no tenían afectaciones suficientes para recibir el apoyo económico; sin embargo, el censo de la Sedatu reconoce a dos 232 personas que tendrán acceso a los recursos.
“Aunque tuvieran el folio. Los que fueron rasgaduras en paredes, daños menores y de acuerdo a las reglas de operación del programa, no calificaban para el apoyo”, comentó el munícipe chiapaneco.
Los damnificados aseguran lo contrario. “Me dicen que este era mi fuerza, que no lo perdiera por ningún momento, con esto estaba adentro del programa”, me explicó Velio Cruz y todos los asistentes a la asamblea sobre lo que les dijeron que significaba el folio que les dieron cuando pasaron a realizar el censo de sus viviendas.
Después de la transmisión del reportaje en Despierta de Televisa, el presidente municipal de Pijijiapan subió un video a redes sociales. Ahí dijo que era falso el desvío de recursos y que tuviera familiares en el padrón de la Sedatu.
El reportaje nunca mencionó desvío de recursos y familiares del alcalde, sino de funcionarios. Lo que omitió en ese video es hablar de sus regidores en el censo de damnificados. “A explicación no pedida”… dicen por ahí.
Luego, el Congreso de Chiapas indicó que investigaría el caso, pero un día después de la postura de los diputados locales, el alcalde fue a ver a los legisladores. Subió otro video diciendo lo mismo: que él estaba limpio de desvío de recursos.
Y por si fuera poco, el presidente del Congreso, Willy Ochoa se echó para atrás y dijo que más bien fue golpeteo político contra el munícipe.
En el caso de Sedatu, la dependencia prefiere ver la vida pasar y guardar silencio. Me prometieron una entrevista que hasta ahora sigo esperando.
Lo que sucede en Pijijiapan con la reconstrucción seguramente pasa en muchos municipios de Chiapas y otros estados. La promesa presidencial de que la gente tendría sus casas en diciembre, antes de terminar el año, se ve lejana.
