
La Quinta Columna
Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam
Uno de los damnificados del proceso interno del PRI para elegir candidatos a Casa Puebla, el Senado, el Congreso local y la alcaldía de la capital del estado es MORENA.
La historia es tan vieja como sus ambiciones.
Vea el hipócrita lector:
Primero buscaron a Eduardo Rivera Pérez, a través de Alejandro Armenta Mier, y le ofrecieron la candidatura a la alcaldía.
No le cayó mal la propuesta a quien venía sufriendo embestidas y acosos de todo tipo.
Incluso se dejó ver con el virtual candidato al Senado en restaurantes y piqueras.
Y cuando surgía la pregunta sobre el tema, dejaba correr la especie.
Todo iba bien hasta que se le atravesaron al ex alcalde el gobernador Tony Gali y Martha Érika Alonso.
Ahí las cosas dieron un giro tal que la invitación de MORENA terminó en el bote de la basura.
A la par del cortejo a Rivera Pérez, Armenta Mier había iniciado uno similar con Enrique Doger Guerrero.
Querían a éste para desfondar al PRI.
Y es que hasta ahora han sumado a pura pipitilla.
Pipitilla gritona, pero pipitilla.
Con la asunción de Doger a la candidatura del PRI a Casa Puebla, Armenta y Miguel Barbosa se quedaron varados.
Lo primero que hicieron fue descalificar al ex alcalde priista en un desayuno mañanero.
(A Eduardo Rivera ya lo habían vapuleado anteriormente).
Están nerviosos.
Y es que lo que le prometieron a Lopez Obrador se va a quedar en eso: en promesa.
No habrá éxodo priista hacia las filas de MORENA porque Doger garantiza un PRI competitivo.
Barbosa soñaba con dos fórmulas ganadoras:
Barbosa-Rivera o Barbosa-Doger.
Hoy tendrá que conformarse con el sobrante.
Lo que se avecinaba como una elección sumamente polarizada —una elección de dos—se volverá una de tercios, cosa que no le conviene a MORENA.
Con Doger o con Rivera irían a un día de campo.
Sin ellos, o con ellos en otros bandos, las cosas se complicarán.
Esto —la parte priista— no hubiera sido posible sin la intervención de Jorge Estefan Chidiac, a quien José Antonio Meade le ofreció la candidatura a Casa Puebla.
Estratega consumado, Estefan pensó las cosas muy bien y puso en la mesa otra opción:
Doger a Casa Puebla, Juan Carlos Lastiri al Senado y Guillermo Deloya a la alcaldía.
Los dos primeros tenían que estar en las boletas para evitar rupturas.
Ese “hacerse a un lado” permitió que la decisión se tomara sin presiones.
En el CEN del PRI, Aurelio Nuño y Enrique Ochoa Reza, con el natural concurso del candidato Meade, valoraron distintos escenarios.
Hasta que salió la fórmula que quien esto escribe adelantó a las once de la noche de este sábado.
Blanca Alcalá perdió, entre otras cosas, porque la dejaron sola algunos de los actores que hoy se jugarán el pellejo.
En esta elección, la fórmula tiene para dar y repartir.
El gesto de Jorge Estefan es inédito en el mar de las ambiciones personales.
Pudo haberse quedado con la candidatura, pero prefirió la otra opción en aras de la unidad y el beneficio electoral de Meade.
No es sencillo renunciar al poder como lo hizo Estefan.
¿Los priistas reconocerán ese gesto?
Jorge, por cierto, irá en el primer lugar de los plurinominales al Congreso del Estado.
Una vez ahí, será el jefe de la bancada priista.
También continuará como presidente del Comité Directivo Estatal y será el gran coordinador de las campañas.
Truenan los tambores.
Han descubierto la cura contra el Alzheimer.
La guerra está por iniciar.
Los Candidatos y los Parias
Del lado panista, Tony Gali Lopez podría llevar como compañera de fórmula al Senado a Denise Ortiz, cuñada de Eduardo Rivera Pérez, pero con un trabajo propio y una personalidad alejada del virtual abanderado del Frente a la alcaldía de Puebla.
Humberto Aguilar Coronado, en tanto, ratificará sus votos con la figura plurinominal, una vez que nunca ha ganado una elección en su vida.
Por esa vía llegará a San Lázaro y en su memoria quedarán las mentiras que dijo a diestra y siniestra en el sentido de que Ricardo Anaya no sólo le quitaría el PAN al morenogalicismo, sino que pondría candidato a Casa Puebla desplazando a a la mismísima Martha Érika Alonso.
Otro que terminó metido en la misma camisa de Aguilar Coronado es Juan Pablo Piña, quien difícilmente ocupará un lugar en la lista nacional del Frente al Senado de la República —me refiero a un lugar viable, no inviable—y terminará peleando una posición en el Congreso local.
Nota Bene. Confirmado: el doctor Germán Sierra Sánchez será el coordinador general de la campaña de Enrique Doger Guerrero.
Este lunes, durante la primera reunión de trabajo del candidato a Casa Puebla, se hará oficial el nombramiento.
Las matracas callaron, y Víctor Carreto no será el candidato por el distrito IX.
Su lugar lo ocupará Lidia Felicia López.
Otro cambio, pero ahora en el distrito XI.
Mario Marín, futuro abuelo de Maximiliano Marín Ludmer, pujó y pujó hasta meter a su ex secretario particular: Ramón Fernández.
Y una más:
Tras la salida del ISSSTE de José Reyes Baeza, el nombre de Luis Antonio Godina suena muy fuerte para sucederlo.
