Las voces locales del PRI le demandan al presidente Peña y al candidato Meade ir con todo para pelear de tú a tú con el morenogalismo la plaza, pero  en los pinos no hay el menor interés de hacerlo.

Las Serpientes

Por: Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo

¿Pelear o no pelear la plaza en Puebla? Ese es el gran dilema del priismo poblano, el cual no termina por definir ¿qué es lo que más le conviene?, en una elección que cada día se ve más complicada para el presidente Peña y demás tricolores que lo acompañan.

Todas las voces locales del PRI le demandan al presidente Peña y al candidato Meade ir con todo para pelear de tú a tú con el morenogalismo la plaza, pero el hecho de dejar a los priistas poblanos sin el apoyo del Verde y el Panal deja en claro que al menos en Los Pinos no hay el menor interés de querer molestar a quienes han sido dos valiosos aliados durante el sexenio (Moreno Valle y Gali).

La gran encrucijada para el priismo es que sin al menos 800 mil votos en Puebla, difícilmente el candidato Meade podrá pelear de tú a tú contra Andrés Manuel López Obrador, quien se aleja cada vez más en las encuestas.

El pasado jueves, en la Ciudad de México, al filo de la medianoche, al parecer hubo definiciones en torno a Puebla; en el seno del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, el precandidato José Antonio Meade Kuribreña habría puesto sobre la mesa la siguiente propuesta: el todavía presidente estatal del PRI, Jorge Estefan Chidiac, candidato a la gubernatura; el subsecretario de la Sedatu, Juan Carlos Lastiri Quirós, encabezaría la fórmula al Senado de la República, llevando como compañera a Soraya Córdoba Morán, hermana del líder nacional de Antorcha Campesina, Aquiles, y Enrique Doger Guerrero, abanderado a la presidencia municipal de Puebla, aunque no fue del agrado del aún delegado del IMSS, quien insistió en buscar Casa Puebla.

La terna puesta sobre la mesa por Meade suena lógica, aunque develaría el interés de Los Pinos, del PRI nacional y del precandidato Meade por negociar con el morenogalismo, me explico.

Esta terna sería la que más le convendría al grupo en el poder, porque Estefan es un rival a modo, dispuesto a ir al sacrificio, sin el empuje de Doger y leal a José Antonio Meade, quien le garantizaría a Casa Puebla que no habría problemas.

Siendo Estefan el candidato, Meade le quitaría al gobernador Gali el molesto dilema de tener que elegir entre Jorge o Armenta para el Senado de la República. Con el aún dirigente estatal del PRI en la boleta por Casa Puebla, todas la baterías se enfocarían en frenar al molesto diputado federal por Morena para evitar a toda costa que llegue a la Cámara alta.

Ahí es donde precisamente aparece Juan Carlos Lastiri como uno de los grandes beneficiarios, sin merecerlo, del posible acuerdo cupular entre Los Pinos y Casa Puebla.

Es obvio que el morenogalismo da por seguro ganar la gubernatura y la Senaduría, en las personas de Martha Erika Alonso y Tony Gali López, pero la presencia de Lastiri encabezando la fórmula priista, en vez de Estefan, favorece por supuesto todos sus planes.

Lastiri goza del aprecio del gobernador Gali, quien lo llamó “hermano” durante su más reciente informe de labores, también el ex mandatario Rafael Moreno Valle lo tuvo como aliado durante gran parte de su mandato. Cabe recordar que siendo Lastiri dirigente estatal del PRI aprobó junto con el entonces presidente nacional del tricolor, Humberto Moreira, la reforma electoral de Puebla, que dio paso a las minigubernatura, las presidencias municipales de cuatro años y ocho meses, pero sobre todo al esquema de candidaturas comunes, el cual ha puesto contra las cuerdas al tricolor, una y otra vez en las elecciones locales.

Al igual que ocurrió en 2012, cuando se operó el “milagro de la reproducción de los votos”, cuando se le dio la vuelta a la elección para beneficiar a Javier Lozano y dejar fuera a Manuel Bartlett (el ex gobernador entró al Senado por ir también por la vía plurinominal), ahora se trabajaría para apoyar a que el priista entre como la primera minoría y dejar fuera a Armenta.

Por otra parte, la probable designación de Enrique Doger Guerrero, si es que acepta ir como candidato a la alcaldía, es todavía más interesante, porque sería una auténtica “cuña” en contra del posible candidato de la alianza PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, Eduardo Rivera y, ojo, sólo estos tres partidos, ni PSI, ni Compromiso irán con él.

Para el actual grupo en el poder sería más cómodo cohabitar con Enrique Doger que con el molesto príncipe del Yunque, aunque el morenogalismo corre el peligro de poner en riesgo la elección si “traiciona” o intenta diferenciar el voto en la capital, aun así, nadie puede negar que suena interesante la hipótesis.

Por supuesto que todos estos hipotéticos escenarios están sujetos a la decisión final de Los Pinos y del precandidato José Antonio Meade Kuribreña, quien hasta el momento no da color en la precampaña y mantiene varios frentes abiertos, uno muy importante con el sonorense Manlio Fabio Beltrones, cuya figura entre el priismo duro crece y crece ante el embate del gobernador panista de Chihuahua, Javier Corral.

 

MARTHA CON CORONA, MORENO VALLE CON PEREDO

Dos gráficas llamaron poderosamente la atención el fin de semana pasado.

El viernes el ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas y el líder de Compromiso por Puebla, Ángel Trauwitz, posaron al lado del ex presidente municipal priista de Teziutlán, Carlos Peredo Grau, con quien el ex mandatario tuvo severas diferencias; incluso, estuvo a punto de sufrir un proceso judicial con motivo de sus cuentas públicas.

Peredo será candidato a la alcaldía de La Perla de la Sierra Norte por Compromiso por Puebla.

El domingo, la casi precandidata del PAN a la gubernatura, Martha Erika Alonso, acompañó a la diputada local Corona Salazar, pareja del actual edil de este lugar, Toño Vázquez, a su informe de labores. Corona será la candidata del PAN a la alcaldía. ¿A quién va a apoyar el morenovallismo?

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