Desde la junta auxiliar Ignacio Romero Vargas, el alcalde capitalino se sincera: la inseguridad y la violencia contra las mujeres son los grandes retos que enfrentó su administración.
Por: Guadalupe Juárez
Luis Banck Serrato es franco en su último informe de labores.
Si hace un año reconoció que no fue votado, ahora lo primero que acepta es el reto más grande al que se ha enfrentado en su administración: el incremento de 4% de la inseguridad en la capital.
También acepta lo innegable: el grupo político al que pertenece, por eso da un espacio al gobernador José Antonio Gali que aplaude cada palabra del edil, pero también al ex mandatario Rafael Moreno Valle quien, aunque no se encuentra, forma parte con su voz de uno de los videos que presenta Banck.
“Recuperamos el crecimiento económico, atrajimos nuevas inversiones, generamos empleo. Como nunca antes, construimos infraestructura, conservamos nuestra ciudad patrimonio y promovimos el turismo, la cultura y el arte”, apunta el alcalde para enlistar los resultados de los últimos siete años.
Pero aún al recordar los logros de ese pasado,que sitúa en 2010, antepone –según su eslogan de la glosa de resultados– a los ciudadanos.
Por eso, trae a la clase política –desde quienes ahora se encuentran en el arranque de guerra electoral–, al líder de la grey católica, empresarios y hasta su Cabildo a una de las juntas auxiliares más peligrosas y pobres de la ciudad: la Ignacio Romero Vargas.
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Aquí, a 20 minutos en automóvil del Palacio de Charlie Hall, las invitadas de honor se esfuerzan por mantener el equilibrio en las zapatillas.
Aquí, donde las vialidades disparejas y los perros callejeros se convierten en el paisaje cotidiano, Luis Banck decidió rendir su último informe.
Esta junta auxiliar, donde las calles se abarrotan cada Viernes Santo con la representación de la pasión de Cristo, pareciera ser –y tal vez sólo por hoy– el lugar más seguro de la ciudad.
Los colonos miran a través de las barricadas. La gente no deja de entrar a la pollería, la tienda, la verdulería, la peluquería, ahora rodeada de policías y extraños que se protegen del sol en las entradas.
La sede del acto oficial es el patio de la Fábrica de Talentos, una de las iniciativas que impulsa el alcalde desde el año pasado.
¿El objetivo? Orientar a los jóvenes en este entorno (el de la falta de oportunidades, escasos recursos e inseguridad) a encontrar un oficio o su vocación, y después enlazarlos con empresas para que sean contratados. De alguna forma, arrebatárselos al crimen, pero al mismo tiempo a la pobreza.
En 2017 sólo era una idea que había anunciado en su informe anterior, a punto de quedarse sólo en eso, una idea.
Pero hoy Luis Banck sonríe al escuchar a la orquesta Esperanza Azteca que toca en este espacio. Sonríe cuando presume haber logrado consolidarlo.
Sin embargo, se fija y plantea nuevas metas para los siguientes gobiernos: mantener el rumbo del cambio responsable, consolidar los logros que hemos construido juntos, y extender los beneficios del progreso al mayor número de poblanas y poblanos.

OTROS LOGROS
Luis Banck sigue una lectura de cifras acompañada de nombres de programas y planes.
Dice, por ejemplo, que en septiembre –y ya no octubre como lo había planeado– liquidará por completo los compromisos financieros adquiridos para la pavimentación de vialidades y equipo de seguridad por 300 millones de pesos.
Sin borrar esa sonrisa, señala que su gobierno dejará una deuda menor a la de 2014 en 47%.
Pero vuelve a hacer uso de la franqueza e insiste en no evadir que hubo una crisis de inseguridad que cobró vidas, producto, claro, de las condiciones en el país, sostiene; pues 12% fue a nivel nacional, 5% en el estatal.
Los delitos más comunes, expone, son el robo de vehículo, el de autopartes y a negocio, los que más golpean la economía familiar y la confianza de la sociedad, revela.
Por hoy, dice, será la voz de las familias víctimas de la delincuencia, por lo cual detalla que lograron desarticular ocho bandas dedicadas al robo a transporte público, tras un viraje en la estrategia de seguridad.
Pero a diferencia de cualquier gobernante, asume la responsabilidad de la parte que le toca, además pide a todos los sectores sumarse y aceptar que deben aportar para contrarrestar estas condiciones.
Una de ellas, quizás la más grave, son las deficiencias del Nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio, pues sólo cuatro de cada 10 presuntos delincuentes se quedaban en cárcel, admite.
Tras la instalación de mesas entre jueces, policías municipales y ministerios públicos, presume, logró que sean seis de cada 10 quienes “pagan por sus crímenes”.
“Ante la ola de inseguridad, no nos pasmamos (...) Sé que no es suficiente, los resultados son lejanos a lo que deseamos”, se sincera.

ACCIONES EN SEGURIDAD
El edil dice que no sólo atiende lo urgente, sino lo que importa, por ello destaca la entrega de patrullas en las 25 colonias más peligrosas, la instalación de cámaras de videovigilancia, la reunión de Comités 4 X4. Acciones con las que afirma se ha logrado disminuir la inseguridad en estas zonas.
De igual forma, resalta el aumento de personas detenidas, de mil 420 a tres mil 067.

“NO ES DE HOMBRES”
Igual que con la inseguridad, el munícipe reconoce la violencia en contra de las mujeres, también asegura haberla contrarrestado desde su posición.
“No es de hombres molestar, humillar, ofender o acosar a las mujeres. Tampoco es de hombres ser indiferentes a estos comportamientos”, reprende.
En este apartado enlista acciones como Freno al Acoso y la instalación de videocámaras en el transporte.

COMBATE A LA POBREZA
Banck Serrato vuelve a sonreír al indicar que ha entregado 100 mil apoyos y despensas como parte del programa Puebla Comparte, otro de los planes más ambiciosos que ha traído consigo –dice– un éxito más: Yo compro Poblano, con la participación de 300 empresas, las cuales generaron mil 200 empleos, 60% de ellos para jóvenes.

LA CONTINUIDAD
El presidente municipal, quien apenas puede tomar un respiro entre los videos institucionales, continúa con su discurso al resaltar más avances en la entrega de escrituras y las acciones de Viva el Atoyac.
Toma entre sus manos una botella de agua mientras presume saber cuánto cuesta la contaminación del río(dos millones de pesos diarios), haber logrado la creación de la Dirección de Gestión del Agua, conseguir el padrón de mil 900 empresas que contaminan y la inauguración del Centro de Investigación y Saneamiento. Da un sorbo al líquido.
Sus invitados aplauden cuando el alcalde les dice que el agua proviene del afluente más contaminado del estado, que las botellas que sostiene en sus manos son del mismo lugar: del que todos habían ignorado.
Las risas llenan el silencio que hace el alcalde, pero las acalla al decirles que no es una broma, que con lo que antes era sólo agua inservible se pueden producir hasta 25 mil botellas de 600 mililitros, que ese mismo líquido, ahora potable, regará también el Parque Amalucan.
Luis Banck no deja espacio para las despedidas, dice querer cumplir más metas antes de culminar su gestión. Asegura, entre porras, que “el siguiente paso, lo damos juntos”.

LA ESTAMPA DE LA POLÍTICA
Pocos captan a Martha Erika Alonso y Eduardo Rivera al tomarse una fotografía con el alcalde. Ambos al final se placean entre los invitados, quienes los reconocen piden fotografías o estrechar su mano.
Ese escenario que rompió, al menos por Banck, los protocolos de un informe de gobierno, se llena de cuestionamientos de política entre prensa e invitados, gastos de precampaña, dichos entre un precandidato y otro, líderes partidistas defendiendo a sus cuadros, líderes partidistas anunciando sus perfiles para contender.
