
Entre Libros
Por: Fredo Godínez
El conflicto vasco es retratado desde la perspectiva de una familia que enfrenta sus propias problemáticas sumadas a las del entorno social de las décadas de los 80 y 90.
Durante mi infancia y parte de la adolescencia era común ver en los noticieros alguna información sobre los constantes atentados que se vivían en España alrededor del conflicto vasco. Hoy –a muchos años de distancia–, gracias a la información que se encuentra en Internet y a los programas de análisis y debate político que existen en la televisión mexicana, uno alcanza a entender más o menos la situación, al menos desde el punto de vista político. Empero, aún existe el desconocimiento de cómo afectó este conflicto a las familias españolas y al desarrollo de sus niños.
Hoy, la novela Mejor la ausencia de Edurne Portela me ha llevado a comprender, un poco, el contexto social y familiar que se vivía en la España de los 80 y 90.
Edurne Portela –a través de una narración lejana de la prosa poética y más cercana al discurso crudo, directo– nos cuenta la historia de Amaia, una niña que vive sus años previos a la adolescencia dentro de una España sumergida en el conflicto vasco, al mismo tiempo que la heroína y la crisis económica se hacían presentes dentro del constructo social.
Y si el entorno social está en caída libre, ¿cómo estaría una familia que vive bajo el manto de un país donde el silbido de las aves se ha cambiado por el de las pelotas de goma y el de los gases lacrimógenos que le dan a las calles un aspecto neblinoso? Edurne, a través de Amaia y con una narración que ofrece imágenes perfectas, nos retrata a una familia destrozada por su entorno y por la violencia interna que viven cada uno de los integrantes, quienes han aprendido a sobrevivir como sea y a pesar de ellos.
Uno de los grandes logros narrativos de Portela es que el lector camine al lado de Amaia, casi de la mano. Con ella, el lector irá sintiendo la impotencia que le invade a Amaia al ver cómo uno de sus hermanos sufre a causa de las drogas y no puede hacer nada; experimentará la desolación que le provoca ver a su madre ausente, lejana; y conocerá el miedo, la rabia y la perplejidad que corre por sus venas al enfrentarse a un padre violento y golpeador.
Y con Amaia, el lector también sentirá las ganas de salir corriendo de la historia que en estas páginas se cuenta y querrá ir a un mundo donde la paz reine; empero, como todos sabemos, la sangre llama y las heridas que no cicatrizan evitan que uno avance, que uno se regenere. Y, quizá, por eso, junto con Amaia se vean en la necesidad de regresar a casa para realmente sanar las heridas y reconocerse como sobrevivientes. Y, tal vez, así encontrar el camino a la paz interna.
Mejor la ausencia de Edurne Portela es una tour de forcé familiar y social que ayuda al lector a comprender qué tan doloroso es el proceso de crecer, y más si éste se vive dentro de un entorno lleno de imposición y violencia. Un entorno donde cualquiera, probablemente, preferiría estar ausente, lejano.
Edurne Portela es uno de los grandes hallazgos narrativos que se integran a mi biblioteca personal y de la que desearé leer más libros.
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*Mejor la ausencia. Edurne Portela. Galaxia Gutenberg: 2017. España.

