Por Guadalupe Juárez
Fotos: Ramón Sienra/Agencia EsImagen
Cuando Ricardo Anaya Cortés dice estar agradecido con Rafael Moreno Valle, mil voces se vuelven una.
“Rafa, Rafa”, reverbera el lugar mientras Martha Erika Alonso sonríe, orgullosa, acomodándose el cabello suelto y alza su brazo derecho con el puño cerrado uniéndose a la voz.
Las flores al ex mandatario se replicarán en los medios de comunicación en una entrevista atropellada.
“Él (Moreno Valle) sin duda es uno de los mejores cuadros que tiene Acción Nacional”, declara y ante la insistencia de los micrófonos y cámaras añade: “Él va a jugar un papel fundamental, primero en este proceso electoral y en el primer gobierno de coalición en la historia de México que habremos de encabezar”.

Y dice que la unidad mostrada en su visita no es simulación, que las palabras dirigidas al ex mandatario panista son sólo un reconocimiento al trabajo realizado, por eso le abre las puertas del gabinete presidencial, en caso de ganar los comicios.
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Es viernes 2 de febrero. Un día antes el dirigente estatal del PRI, Jorge Estefan Chidiac, dijo ante los medios que el ex gobernador Mario Marín tenía un capital político respetable pero que él no iba a estar en la boleta.
En ningún evento del precandidato Enrique Doger Guerrero lo nombran ni lo vitorean. Incluso dirá que el tema “ya está en el pasado”.
Hoy es el inicio de precampaña de Martha Erika Alonso como aspirante al gobierno del estado y del ex edil Eduardo Rivera para repetir en la administración municipal. Los dos se llenan de halagos uno al otro, se alzan la mano y se mencionan en sus discursos, incluso ella se refiere a los dos como “dupla ganadora”.
Pero al resonar el nombre de “Rafa” en el Salón Country de San Manuel –donde hasta cartulinas con leyendas como “Moreno Valle, precidente (sic)” se mezclan entre las banderas azules–, Rivera Pérez aplaude de forma pausada, como si las manos ahora se convirtieran en la parte más pesada de su cuerpo.
Su sonrisa amplia de hace unos segundos se convierte en una mueca, una sonrisa desdibujada; su voz no está ahí, en esa que aún se oye al unísono. Se unirá a los aplausos cuando Anaya Cortés también diga que él ha sido un buen alcalde.
“Quiero también mandar un saludo muy especial a un hombre valiente, de resultados; a un hombre que ha sido generoso... a un extraordinario gobernador del estado de Puebla, a Rafael Moreno Valle”, recalca el ex dirigente nacional de Acción Nacional.

“Sin él (Moreno Valle) ninguno de los tres estaríamos aquí”, suelta y los presentes corean su nombre más alto que “Martha gobernadora, Lalo presidente y Anaya presidente”.
Ricardo Anaya, quien apenas termina de elogiar a Moreno Valle y el gobierno que encabezó, retoma el discurso que justo hace dos años José Antonio Gali Fayad usaba a la menor provocación.
“No queremos que vuelva ese gobierno de Mario Marín” y la gente sigue con “Rafa, Rafa” como respuesta.
