¿Dónde está Guillermo Deloya?

Si alguien ve al precandidato del PRI a presidencia municipal de Puebla, Guillermo Deloya Cobián, avísele que tiene un duro trabajo por realizar, ya que anda desaparecido. Lo preocupante es que el priista no ha dado signos de vida política después de ser ungido; no ha tenido una exposición mediática y mucho menos se conoce su principal oferta proselitista. El problema es que aunado a su inexperiencia en contiendas electorales, Deloya Cobián carece de una estructura política que lo pueda cobijar y mucho menos tiene el posicionamiento en las preferencias electorales que lo haga un político competitivo. ¿Será?

 

Los apuros del PRD

Una de las principales encomiendas que tiene el dirigente del PRD en Puebla, Jorge Benito Cruz Bermúdez, es analizar fríamente hasta dónde golpeará al Sol Azteca la fuga de simpatizantes de la corriente Frente de Izquierda Progresista, que anteriormente encabezaba el ahora candidato a la gubernatura por Morena, Luis Miguel Barbosa Huerta. Hasta donde se sabía, dicha tribu era la que realmente dominaba en el perredismo poblano y ahora es necesario hacer contrapeso para evitar cualquier sorpresa de aquí al 1 de julio. ¿Será?

 

La doble moral

Ahora que Morena y su candidato Luis Miguel Barbosa Huerta andan muy gallos con su denuncia sobre un supuesto rebase en los topes de gastos de precampaña de la abandera de la megacoalición, Martha Erika Alonso Hidalgo, bien valdría la pena que también diera a conocer los gastos reales de sus días de proselitismo porque la movilización que realizaron para arropar al dueño de Morena, Andrés Manuel López Obrador, no fue nada barata tomando en cuenta que el acarreo estuvo a todo lo que dio y no hubo plaza que no luciera abarrotada. ¿Será que los ciudadanos fueron sin que los llevaran? ¿Será?

 

Banck, esa rara avis

No podíamos esperar menos. El alcalde Luis Banck Serrato lo volvió a hacer. Rompió los protocolos de la política que apesta a naftalina y apostó por un informe de labores netamente ciudadano. Una rendición en donde el ciudadano sea el centro de la atención y no los resultados propios del trabajo que le corresponde hacer al Ayuntamiento de Puebla. A lo sumo, lo que Banck puede presumir es que los resultados son producto de una amalgama que gira en torno al colono y la autoridad caminando a la par. Son los nuevos tiempos. Son los tiempos de un edil como nunca se ha visto. ¿Será?

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