Traspatio
Por: Luis Pavón / @pavonlui
Con 720 mil habitantes, lleva dos años en el primer lugar de homicidios dolosos, por cada 100 mil habitantes. El procurador de justicia del estado cuestiona que les digan el estado más violento de México.
“Vas a vivir feliz, seguro”, fue el eslogan de campaña de Ignacio Peralta, hoy gobernador de Colima. El priista tapizó la entidad con esa promesa; la tranquila entidad empezaba a tener problemas de inseguridad inusuales.
Peralta tomó posesión del cargo en febrero de 2016. Justo en ese año, Colima se ubicó en primer lugar nacional de homicidios dolosos, por cada 100 mil habitantes. En 2017, la entidad repitió en el primer lugar. Dos años consecutivos en la cima de asesinatos intencionales, de acuerdo con el indicador más utilizado a nivel internacional: el de los 100 mil habitantes.
En septiembre de 2017, en diversos puntos de Colima aparecieron mantas que decían: “¡Nacho!, no vivimos felices ni seguros, ¡Vete! El pueblo te lo demanda”.
La respuesta del gobernador dejó en claro la cantidad de mentiras que se dicen en las campañas. Ignacio Peralta enfatizó que cuando prometió seguridad sólo fue eso, una promesa de campaña, un simple eslogan.
Entonces, y a propósito de los tiempos electorales, ¿estamos en plena temporada de promesas vacías? ¿De mentiras anticipadas?

Los números oficiales no mienten, Colima, uno de los estados que presumía calidad de vida, hoy enfrenta la peor crisis de seguridad. 99 ejecuciones en 2014. 167 en 2015. En 2016 se elevaron a 524 homicidios dolosos. En 2017, 700 y el inicio de 2018 fue totalmente violento.
Los índices delictivos de las distintas organizaciones que se dedican a hacer las mediciones de violencia señalan que el municipio más violento del país en 2017 fue Tecomán, ubicado a media hora de la ciudad de Colima, capital del estado del mismo nombre. Las otras dos ciudades más importantes de la entidad: Colima y Manzanillo también figuran en la lista que hizo el gobierno federal de las 50 ciudades del país que ameritan atención prioritaria.
El 30 de enero pasado, el secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, anunció el despliegue de fuerzas federales para combatir la inseguridad, Colima está incluida en ese frente.
La situación para este año no pinta bien para ese estado. 2018 arrancó con un repunte en los homicidios dolosos, según cifras la Procuraduría de Justicia estatal.
Antes de que terminara enero ya había igualado los 69 asesinatos que se cometieron durante el mismo mes pero del año pasado.
Para Estados Unidos, Colima es una entidad de alto riesgo. El pasado 10 de enero, por primera vez, la incluyó en su alerta de viajes y la puso en el nivel 4, el de máxima violencia, que es el que le da a Siria o Irak.
El presidente de Coparmex en esa entidad, Mario Moncada, me dijo que no recordaba un inicio de año tan violento como el de enero de 2018. Y sobre la alerta de viaje reconoció que es algo inédito para ese estado.
“No hemos sentido aún las consecuencias pero tenemos muchos temores, pues la alerta que se emite en Estados Unidos tiene carácter publicitario mundial”, fue parte de lo que expresó el dirigente empresarial.
Los pobladores de Tecomán dicen sentirse inseguros. El presidente municipal rechazó que sean la ciudad más violenta del país.
Todos los días hay homicidios dolosos en esa pequeña localidad que colinda con Michoacán. A principios de enero (el día 7) ocurrió una masacre en una de las colonias de la periferia. Un grupo de personas estaba reunido para comprar leche caliente cuando llegó un comando armado y disparó contra quienes ahí se encontraban. El saldo fue de seis muertos y tres heridos.
Platiqué con una señora, quien pidió no revelar su identidad, que perdió a dos familiares en ese ataque. Esto es parte de lo que me dijo:
“Ha sido muy difícil para toda la familia, perder dos personas al mismo tiempo, siendo inocentes. ¿Cómo va la investigación, qué le dice la autoridad? –pregunté. –Desgraciadamente, nosotros con la autoridad no hemos tenido ningún acercamiento, ni ellos con nosotros, ni nosotros con ellos. Ahorita hasta niños pierden la vida por estas organizaciones criminales”.
Con 720 mil habitantes y 10 municipios, Colima lleva dos años en el primer lugar de homicidios dolosos, por cada 100 mil habitantes. El procurador de justicia del estado, José Guadalupe Franco Escobar, cuestiona que les digan el estado más violento de México.
“Utilizando la metodología de los 100 mil habitantes, ahí sí podríamos decir que bajo ese esquema Colima tiene un número importante de homicidios. Donde yo no podría estar de acuerdo es que nada más por un simple indicador se diga que somos el estado más violento porque eso no es cierto”, dijo el procurador.
José Guadalupe Franco es el segundo procurador en la actual administración colimense. Atribuye la ola de violencia en Colima a la disputa entre grupos delictivos. Se trata de los cárteles Jalisco Nueva Generación y el de Sinaloa.
“Si analizamos más a fondo cuáles son los problemas, sería el problema de la drogadicción, el consumo de drogas por parte de la población”, detalló.
El procurador de Colima no dejó pasar la entrevista que le hice para presumir (en la cámara y fuera de cámaras) que el resto de delitos han ido a la baja. Puso de ejemplo que el robo en general disminuyó 17%.
Sin embargo, las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública señalan lo contrario, al menos en el robo con violencia. Ese delito tuvo un incremento; de acuerdo con los datos que entregó la procuraduría: en 2016 se presentaron mil 123 denuncias, en 2017 hubo mil 135.
“Tristemente estamos empeorando. Delitos como el robo a casa-habitación, robo a transeúnte, robo a negocio, robo de vehículo no se diga, todos han crecido de manera exorbitante”, dijo el presidente de Coparmex de esa entidad, Mario Moncada.
Lo que descubrí en una ferretería del Centro Histórico de la ciudad de Colima refleja claramente lo que están viviendo.
Fabio Ramírez tuvo que encadenar y poner candados a los artículos que tiene en la entrada de su local. Narró que también trata de poner poca mercancía que escape a su nivel visual.
Fabio tuvo dos intentos de asalto el año pasado y dos robos consumados en 2016. Dice ponerse en alerta cada vez que alguien entra a su negocio, ya que ningún comercio aledaño al suyo se salvó de ser asaltado en 2017.
También empezaron a darse sucesos que no se veían en Colima. Por ejemplo, el asesinato de una persona dentro de un restaurante, cuando éste se encontraba lleno.
La policía tampoco se siente segura y se quejan de no estar equipados para combatir como se debe a los delincuentes.
Nazario Alfaro, presidente de una asociación civil que busca la dignificación de policías
estatales, expresó que la falta de elementos, patrullas y equipo de vanguardia hace que la gente crea que no sirven para nada.
“Hay compañeros que andan desarmados, andan dando su servicio desarmados, entonces sí quiero ver si hay manera que los armen, porque así como están las circunstancias ahorita es imposible que estén trabajando, que puedan prestar un servicio al 100% en esa circunstancia”, me contó.
Antes de 2016, Colima era considerado uno de los estados más tranquilos y con mejor calidad de vida.
Las autoridades estatales rechazan que sea la entidad más violenta y sostienen que lo que ocurre en Colima es parte de la inseguridad que vive el país.

