Su look se aleja de la elegancia y en su lugar se muestra fresco, juvenil y deportivo; no es, en momento alguno, una versión mini de  sus hermanos más grandes.

Más velocidad

Los utilitarios deportivos siguen a la moda, todos quieren tener la mejor y más completa gama para ofrecer: pequeñas, medianas, grandes; por un momento hasta parece excesivo. Esa fue la primera impresión que dio Audi con el Q2, parecía innecesario con los ya existentes Q3, Q5, Q7. ¡Vaya error en el que estábamos!

El nuevo SUV de la marca de los cuatro aros poco tiene que ver con los modelos que ya ofrecía. Tiene un espíritu propio, que como su campaña lo dice no se puede etiquetar. Desde el diseño exterior te muestra que no quiere ser una versión mini de sus hermanos más grandes.

Su look se aleja de la elegancia y en su lugar se muestra fresco, juvenil y deportivo. En el frente la parrilla, si bien no cambia por completo, es ligeramente más grande y con un diseño más deportivo; el marco en cromo que unía del enrejado a los faros en los otros modelos no está presente en la Q2. Las entradas de aire son más grandes, al igual que la parrilla baja.

El juego óptico es en lo que más se diferencia: los faros son de mayor tamaño y con un diseño interior más actual. En las calaveras está el cambio real, estamos acostumbrados a luces más estilizadas y en esta ocasión Audi los cambió por unos de mayor tamaño y forma cuadrada. Según los diseñadores, las formas geométricas son la base de este modelo.

En los colores podemos ver que no va para un segmento de personas adultas o serias, es un vehículo para conquistar el mercado juvenil con colores vivos y metálicos, como el azul que tuvimos a prueba en Más Velocidad. Dependiendo la versión agregan blades en el poste C en color gris metálico para la versión Select o plata para la S-Line.

El interior se asemeja más al del A3 que a cualquier SUV. Las entradas de aire en el tablero son circulares con diseño de turbina. En la consola central la pantalla siete pulgadas del sistema de entretenimiento MMI se monta sobre el tablero, debajo de ella se encuentran los controles tipo avión para ajustar el Modo de Manejo, las intermitentes o la función Auto Start/Stop. Seguidos por el área para controlar el aire acondicionado automático.

El habitáculo no pierde la oportunidad de mostrarse juvenil y uno de sus grandes atractivos es la configuración de colores en la luz interior. Además de los LED en puertas, los hay en el tablero y la consola central; lucen increíbles. Así como el uso de alcántara y piel para el tapizado de asientos, con el grabado S en los respaldos delanteros.

Si algo se le pudiera criticar al interior es el ajuste manual para los asientos delanteros, en un auto premium y la versión tope de gama, se esperaría el ajuste eléctrico, tanto para mover hacia adelante o atrás, los respaldos, así como el ajuste lumbar.

Su aspecto deportivo no está en duda, menos cuando monta el 2.0 TFSI de 190 hp y 236 libras-pie; este motor exclusivo de la versión S-Line Quattro, las demás utilizan el tampoco despreciable 1.4 L que proporciona 50 caballos de fuerza menos que el de mayor tamaño.

Este gran corazón, junto con la nueva renovada transmisión DSG de siete velocidades logran llevar al pequeño de 0 a 100 km/h en 6.5 segundos.

Después de analizar el Audi Q2, podría parecer que su tamaño es su inconveniente, pero no es así. Aunque es 20 centímetros más pequeño que el Q3 –el nuevo vehículo mide 4.19 metros– los alemanes hicieron tan buen trabajo que la distancia entre ejes y por consiguiente el espacio para los pasajeros sólo está reducido dos milímetros que el siguiente SUV, cinco pasajeros pueden viajar cómodamente.

El espacio lo pierde en la cajuela que es 105 litros más pequeña comparada con el Audi Q3, pues el Q2 ofrece 405 litros, cantidad menor también contra su rival directo MINI Countryman que ofrece 450 litros.

Después de la prueba, gracias a su tamaño, capacidades, motor y tracción integral, la conducción que ofrece el Q2 es más divertida que los hermanos mayores.

Aunque eso sí, justamente por la tendencia deportiva que tiene la suspensión es más rígida y las imperfecciones del camino son más perceptibles.

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