Por: Mario Galeana

La Comisión de Derechos Humanos (CDH) de Puebla emitió dos recomendaciones, una dirigidas al alcalde Luis Banck Serrato y otra al fiscal General Víctor Carrancá Bourget por distintos casos en los que policías ministeriales y municipales agredieron a personas para obligarlas a declararse culpables en delitos de robo.

La recomendación al edil capitalino relata que el 21 de mayo de 2015 un hombre fue detenido y obligado a firmar una declaración bajo amenazas y golpes.

El médico legista del organismo de derechos humanos determinó que esta persona sufrió cinco pares de quemaduras de segundo grado en el abdomen provocadas por los policías municipales.

Por el contrario, el médico en turno de la Dirección Jurídica de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal (SSPTM) de Puebla escribió en su informe que el cuerpo del agraviado permanecía “sin huella de lesiones recientes visibles externas en este momento”.

El detenido declaró que al ser presentado ante la oficina de seguridad pública ubicada en Rancho Colorado fue golpeado “y me dieron descargas eléctricas en distintas partes del cuerpo”, según se lee en la recomendación 01/2018 de la CDH.

Los elementos de la SSPTM justificaron su detención al asegurar que fue encontrado mientras desmantelaba una camioneta junto a otras tres personas que, además, poseían un auto con reporte de robo en Tlaxcala.

Sin pronunciarse sobre la veracidad del testimonio de los elementos policiacos, la CDH observó que la autoridad “no acreditó la legalidad de su actuación”, por lo que ordenó un proceso penal en contra de los policías involucrados.

Fiscalía: Un nuevo caso de tortura

En el caso de la recomendación dirigida a la Fiscalía General del Estado (FGE), la recomendación de la CDH relata que un sujeto de 61 años acusado de intento de robo a un cuentahabiente fue “objeto de maltratos que le causaron lesiones físicas, psicológicas y tortura” por parte de elementos de la Policía Ministerial.

El detenido señaló que, durante su declaración, los elementos de la Fiscalía lo golpearon en las costillas mientras apretaban sus genitales y pisaban su cabeza contra el piso. Media hora después de su declaración fue ingresado al Centro de Reinserción Social (Cereso) de San Miguel, en Puebla.

Aunque la CDH acreditó que el agraviado participó en un intento de robo e incluso trató de agredir a los policías ministeriales durante su detención, en la recomendación 02/2018 el organismo determinó que “el uso de la fuerza fue excesivo, innecesario y arbitrario”.

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