Esfera Pública
Por Elias Aguilar / @Elyas_Aguilar
A la actual presidencia de la república le tocó un cambio en la forma en que los mexicanos nos informamos de los asuntos públicos, hasta hace seis años se podía decir que los mexicanos vivíamos en una sociedad televisiva, caracterizada por la omnipresencia de este medio para definir los asuntos públicos, pocas alternativas teníamos para acceder a una realidad alternativa a la que nos presentaba la televisión, quizás los rumores de una “fuente confiable” que nos “enteraba” de otra versión diferente a la que nos exponíamos a través de la pantalla televisiva, que además se reprodujo en otros medios como la radio y la prensa, y en cada una de las 32 entidades del país.
Eso explica por qué los gobernantes en México gozaron de altos niveles de aprobación, el presidente de la república en turno, gobernadores y munícipes gozaron con 60 o más puntos de aprobación, dado que recibían por lo general una cobertura favorable, que destacaba los logros y avances de sus gobiernos, y al mismo tiempo omitía las fallas o errores en sus gestiones.
Sin embargo, ahora la realidad mediática es otra, la televisión, y en general los medios tradicionales, han perdido terreno como medios informativos ante el vertiginoso crecimiento de las redes sociales que llegan a través de los smartphone de los mexicanos, nueve de cada 10 mexicanos se informan a través de las redes sociales, especialmente Facebook. Aunque se le ha entendido como un fenómeno casi exclusivo de los espacios urbanos y de clases medias y altas, pues tienen más acceso a las redes de Internet y mayor poder adquisitivo para comprar los celulares con Internet, también es un hecho que en la actualidad en los ámbitos rurales y los estratos socioeconómicos bajos de este país también se informan a través de redes sociales.
Este cambio es significativo, no sólo se trata de un cambio de dispositivo, a diferencia de los medios tradicionales, los usuarios de redes sociales tienen el mando, si quieren ustedes con limitaciones educativas, con pocos esquemas de recepción crítica de mensajes, pero al final de cuentas ellos –y no lo emisores del mensaje– deciden qué ver, en dónde, cuándo, por lo general en una exposición individual, que está filtrada por las preferencias, simpatías, ideología preexistente de los usuarios de redes sociales, es decir los usuarios deciden qué ver, y si los contenidos no son congruentes con sus creencias pues no los ven, así de simple.
Si se toma en cuenta este nuevo contexto mediático se puede prever que la campaña del gobierno de la república Hagamos Bien las Cuentas no aportará nada en un cambio de actitud de los mexicanos respecto al desempeño del gobierno encabezado por Peña Nieto. Esta campaña de entrada niega la nueva realidad mediática y social del país, caracterizada por un entorno mediático de redes sociales y una alta desaprobación al actual presidente de la república, y por ende, de su gobierno.
La campaña Hagamos Bien las Cuentas no toma en cuenta que ocho de cada 10 mexicanos piensa exactamente lo contrario de lo que dicen los spots de la campaña, esos “algunos” que se mencionan en los mensajes para referirse a los que ven las cosas mal, es decir la mayoría, y por lo tanto rechazarán los mensajes que niegan la realidad que ocho de cada 10 mexicanos ven.
No sólo el gobierno de la república ha fallado en su forma de comunicarse con la sociedad, prácticamente en todo el país, gobernadores y munícipes, muestran bajos niveles de aprobación, y altos niveles de desaprobación.
¿En qué han fallado los gobiernos en este nuevo entorno mediático? Pese al cambio evidente en la forma en que los mexicanos nos informamos, a través de las redes sociales, con todas sus implicaciones, algunas referidas anteriormente, los gobiernos y sus equipos de comunicación siguen reproduciendo los esquemas de comunicación social que funcionaron con los medios tradicionales. Esquemas de comunicación que enmarcan a los gobernantes como perfectos, sin errores, cuyo trabajo abate los problemas sociales del país, y que no tienen alguna responsabilidad de la inseguridad, de los problemas económicos y las carencias la mayoría de la población enfrenta de manera cotidiana. Un claro ejemplo es la campaña Hagamos Bien las Cuentas que ha emprendido el gobierno de la república, que niega la realidad que vemos los mexicanos de forma cotidiana, y que no aportará algún cambio en la percepción que tenemos los mexicanos respecto al gobierno de Enrique Peña Nieto, debido a que está planteada en un esquema mediático desfasado, que ya no es vigente. El actual esquema mediático del país está caracterizado por la prevalencia de las redes sociales.

