La mejor opción para Morena: el dedazo

Ahora que las dirigencias nacional y estatal de Morena decidieron colgar el traje de demócratas y sacaron su verdadera esencia, nos venimos a enterar que las listas de regidores y diputados locales serán integradas por el método del dedazo, lo cual quita a la base la última oportunidad de poder meter mano en la selección de los abanderados y hacerse sentir en el proceso electoral. Los morenistas de pedigrí, como usted entenderá, están que no los calienta ni el sol por haber sido marginados vilmente por aquellos que les hicieron creer ese bonito sueño de un instituto demócrata donde las bases son las todo poderosas. ¿Será?

 

Síndrome de Estocolmo

No han pasado ni tres meses desde que Eduardo Rivera Pérez se encontraba, políticamente hablando, tirado en el piso con la bota del morenovallismo pisándole el cuello, pero ahora todo es color de rosa. El ex alcalde de Puebla es el mejor ejemplo del político mexicano acostumbrado a tragar sapos sin hacer gestos, por eso es capaz de sentarse en la misma mesa de quienes antes eran sus verdugos y festejar con ellos que ha sido libre de una inhabilitación y una sanción económica que amenazaba con dejarlo hasta sin casa. ¿Será?

 

La debacle de CPP

El morenogalismo debe reconocer que dejar en manos de Ángel Trauwitz Echeguren las riendas del partido Compromiso Por Puebla fue una de las peores decisiones que pudieran tomar. Ciertamente el instituto traía encima la pesada losa de haberse salvado de perder su registro casi de milagro, pero mantenía un trabajo político que era visto por todos, con el reclutamiento permanente de cuadros y representantes en el Congreso del estado. Sin embargo, hoy luce desdibujado, sin un dirigente que lo guíe y mucho menos un objetivo definido que lo ayude a remontar en esta elección. ¿Será?

 

Desgaste innecesario

Ahora que han revelado que los ataques contra el candidato de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya Cortés, han salido desde el mismísimo gobierno federal queda bastante claro que la cúpula priista ha perdido valioso tiempo en la confrontación y dejó de lado la urgente estrategia de posicionamiento que requiere su abanderado presidencial José Antonio Meade Kuribreña, quien por más que salte, grite, presente propuesta y se reúna con la base tricolor nomás no crece en las encuestas y se ha convertido en un auténtico lastre para los perfiles locales. ¿Será?

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