Crónicas marcianas
Por: Zeus Munive / @eljovenzeus
Lo que le diré a continuación no tiene nada que ver con el fortalecimiento de la democracia que, como bien dijo Enrique Krauze, es débil y frágil. Así que, “no respondo chipote con sangre, sea chico, sea grande”
Atención: si usted sufre de problemas duodenales, gástricos, insomnio, ciática y el Neurobión no le hace ni cosquillas, por favor absténgase de leer la siguiente columna. Es bajo su riesgo. Y es que lo que le diré a continuación no tiene nada que ver con el fortalecimiento de la democracia que, como bien dijo Enrique Krauze al periódico digital Sin Embargo, a propósito de su más reciente libro El pueblo soy yo, es débil y frágil.
Así que, como dirían a la salida de cualquier escuela: “No respondo chipote con sangre, sea chico, sea grande”.
Pregunta número 1: ¿Quién demonios está asesorando a Paola Migoya, candidata del Partido Verde a la alcaldía de Puebla?
Después de que supuestamente fue víctima de una campaña en su contra, por temas personales en Twitter, como que algo le pasó en la cabeza, porque ella, al parecer, está haciendo más promoción a Andrés Manuel López Obrador que a ella misma y lo que queda de su partido.
Sabemos que la función del Partido Verde en este proceso electoral en Puebla es hacer el caldo bien gordito a Por Puebla al Frente, encabezado por Martha Erika Alonso en la entidad y Eduardo Rivera en la capital del estado… O al menos eso aparenta.
Desde el fin de semana pasado, un día sí y otro también, Paola Migoya se convirtió en una guerrillera urbana que está todo el tiempo atacando a Morena en primer lugar; en segundo, a Luis Miguel Barbosa y, en tercero, a Biestro Medinilla porque supuestamente vendieron las candidaturas de ese partido. No es que no tenga razón, la verdad es que como en Puebla todos se parecen al viejo PRI no sería extraño, puesto que con el dinero baila hasta un perro, aún si anda en una sola pata.
La situación es que, la verdad, qué bajo nivel de Migoya. Se ve ardida o necesitada de que le den trabajo en el próximo gabinete estatal que, según se imagina ella y un buen número de panistas, será para la candidata del Frente. ¿Quién la asesora? ¿Nadie le dijo que la publicidad puede ser buena o mala, pero al final es publicidad? Obvio, entre más patea más se hunde. Insisto: no se trata de defender a Luis Miguel Barbosa, ni a los Biestros ni a los Manzanillas, ya que, como diría el clásico: “No somos santos”.
El único Santo de a de veras era El Enmascarado de Plata.
Pregunta dos: ¿Roxana Luna es una traidora por irse como candidata por el Frente?
Respuesta dos: No, siempre ha sido así. A ella la hicieron a un lado cuando el tema de Chalchihuapan. Recuerden a qué grupo pertenece dentro del PRD nacional, ¿se acuerda que el abogado Alejandro Castillo, a quien le dicen El Lechuzo, se apropió del tema? Lo cierto es que ahora ya no la vemos barriendo la ciudad como en la campaña de 2016, ni las banquetas de Casa Puebla, ni frente al mercado de El Alto, es decir, Casa Aguayo.
¿Es traidora? Digamos que sí y no. Sí, porque se ve mal ahora que ya anda en luna de miel con el morenovallismo, pero no, porque en Puebla ¿quién no ha dado el beso del diablo y el salto al infierno con tal de sobrevivir en lo económico o en lo político? No la justifico, la entiendo, siempre hay que aventarse al piso cuando le avientan un bolillo. Ahí está Carolina Beauregard, quien alguna vez cobró en la nómina de Eduardo Rivera y al final le dio la espalda en el Congreso del estado. Ahora que se le va a acabar el hueso no dudamos que estará cerca otra vez al exalcalde poblano.
Pregunta tres: ¿Por Puebla al Frente arrasará en el estado?
Respuesta tres: Seguramente ganarán la gubernatura los panistas y sus aliados, pero no por muchos votos. Hay gente de la propia administración estatal que le ha dicho a este reportero que no la tienen nada fácil y que podrían perderla si se confían, situación que aún no se ve clara. No obstante, no es mucha la diferencia, y no por Luis Miguel Barbosa, sino por el arrastre de Morena. Este partido puede, al menos, dar un buen susto en la capital de Puebla.
¿Se ven confiados los del Frente? Yo digo que sí. Los veo muy tranquilos, como si pensaran que ni una piedra se les fuera a cruzar en el camino. Parece que tuvieran todo amarrado y estuvieran jugando una campaña muy tradicional: fotos en redes, cabalgatas, imágenes que no comunican mucho, sólo abrazan viejitas o sustancial hacen el súper. No se ve un cambio dentro de lo que ellos llamaron “el cambio”.
Pregunta cuatro: ¿Habrá oposición en Puebla?
Respuesta cuatro: No, y la que hay se ve y parece muy tonta. Léase: Alejandro Armenta Mier y Nancy de la Sierra. Un pésimo discurso. Lo que puede haber (y a lo mejor me equivoco) es mucha apatía con respecto a las elecciones estatales o un alto grado de abstencionismo.
Recientemente en redes muchos (presuntos) opositores al actual sistema sacaron una campaña para votar por Andrés Manuel López Obrador y en contra de Luis Miguel Barbosa. Lo interesante es que si permea esa campaña es para que la elección se quede en los votos duros y ahí gane quien tenga más estructura y más lana. Total, la Presidencia se puede perder, pero no Casa Puebla ni el Congreso del estado.
Pregunta cinco: ¿Enrique Doger puede ganar?
Respuesta cinco: Será víctima de lo que él mismo ha propiciado en el pasado. Tiene la virtud de que Ignacio Mier (de Morena) lo rescatará del fango. Seguramente habrá priistas que se lo cenarán en un acto de canibalismo. Se ve difícil que quiera jugar un papel de oposición.
Pregunta seis: ¿Es de a de veras esta elección a nivel estatal?
Respuesta seis: Todas las elecciones representan negocios, y si pensaron que homologando los procesos electorales se gastaría menos, pues resultó que no. Y si también pensaron que eso serviría para que el arrastre del candidato presidencial fortalecería al estatal, así es, sólo que la fuerza la trae regeneración Nacional.
Por último: Que alguien le diga a Paola Migoya que otra persona debe manejar sus redes sociales, por su bien, por su proyecto y porque hasta para hacer la guerra sucia hay que hacerle caso a la abuela, quien decía que lo único que no se debe perder es el estilo.
