Las Serpientes

Por: Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo 

 

Las conclusiones sobre el debate, desde mi punto de vista, son simples.

De entrada, el formato fue bastante aburrido, sin temas de fondo y con respuestas bastante comunes y corrientes.

Cabe señalar que marcar un ganador en este tipo de encuentros es bastante controvertido debido a la subjetividad de la percepción.

Desde mi muy particular punto de vista creo que:

El debate no modificará los números, aunque sí frenará el crecimiento de Andrés Manuel López Obrador, el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, quien se dedicó a administrar de buena manera, nada espectacular, la delantera que tiene en todos los estudios de opinión.

Aunque el lenguaje corporal de El Peje fue pésimo durante todo el debate y mantuvo una actitud displicente, el tabasqueño salió prácticamente intacto, se mantuvo fiel en su estrategia y no cayó en provocaciones. Queda claro que López Obrador acudió al encuentro sólo para cumplir.

Ricardo Anaya se consolidó como el segundo lugar en las preferencias electorales y creo que el sistema debe pensar seriamente en comenzar a arroparlo para ver si puede al menos poner en riesgo la primera posición del candidato de Morena.

Como era de esperarse, Anaya Cortés se dedicó a embestir al tabasqueño, pero ninguno de sus golpes pudo impactarlo, aunque se vio muy bien y consistente en el ataque.

Muchos podrán decir que el panista ganó este encuentro, lo que resulta relativo; desde mi punto de vista no le alcanza para cambiar tendencias, pero sí para dejar en claro que sólo él puede darle pelea al tabasqueño.

El queretano se vio cómodo en el escenario y, reitero, creo que su actuación y poner en su sitio a José Antonio Meade lo dejan en el segundo lugar de las preferencias.

El candidato priista, José Antonio Meade, creo que perdió la oportunidad, se le vio incómodo en su actuación, aunque también embistió a López Obrador, dejando sobre la mesa la duda sobre el patrimonio del tabasqueño, cosa que ahora deberá demostrar, a expensas de que si no lo hace se convierta en un boomerang.

Si bien no se puede decir que Meade ya esté muerto, sí queda en estado de coma, sólo el voto duro del tricolor lo mantiene en la lucha; en el colectivo de la gente que no apoya a López Obrador, creo que Anaya dio el paso adelante y el priista simplemente no pudo aprovechar el escenario.

Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón surgió como el personaje que se robó el escenario con su propuesta de cortarles las manos a los funcionarios públicos pillados en actos de corrupción.

En términos generales, creo que El Bronco limpió un poco su arribo a la boleta electoral.

El gobernador con licencia de Nuevo León se mostró como es, desparpajado, con lo cual puede ganar entre unos cuatro o cinco puntos del electorado, suficientes para frenar el crecimiento de López Obrador entre algunos ciudadanos que aún no deciden el voto, exactamente lo que buscaba el sistema.

El norteño le va a poner sabor a la contienda y va a ser una piedra en el zapato para López Obrador, aunque difícilmente podrá mermar la fuerza del tabasqueño, aunque sí, reitero, creo que frenará su crecimiento.

Margarita Zavala simple y sencillamente, para mí, estuvo de más en el escenario.

Desentonó, nadie la tomaba en cuenta, sus propuestas, aunque no fueron malas, no tuvieron impacto ni eco; si hubiera un descarte para el segundo debate, Margarita debería quedar fuera.

Estas son mis conclusiones luego de este primer debate entre los aspirantes a la Presidencia de la República, quienes no realizaron ni una sola propuesta innovadora, fuera de las que hemos escuchado en sus spots de campaña o en las entrevistas.

Para rematar, creo que la percepción generada por los medios de comunicación y de los seguidores de los respectivos candidatos en redes sociales, simple y sencillamente son los que marcan al ganador de este tipo de encuentros.

El triunfador de los debates se vuelve relativo, más de 55% de las personas tiene tomada su decisión, mientras que 33% lo decide durante la campaña y sólo 15% toma su decisión el día de la elección.

Los debates sólo sirven para elevar la moral de los respectivos equipos, pero también de los seguidores de los respectivos candidatos.

De acuerdo con reportes de rating, más de 200 millones de personas en todo el mundo siguieron el debate entre los candidatos a la Presidencia de la República.

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