Los Guisantes de Mendel
Por: Víctor Florencio Cabrera / @vicfc7 

En el sector energético, renovables incluidas, hay una pregunta que suele enrarecer el ambiente en los últimos meses: ¿cuál será el futuro de la reforma de ganar Ya-Sabes-Quien?

La situación se enrarece más por la bipolaridad en las declaraciones del candidato y quienes lo rodean. Nada nuevo, pero preocupa cuando se le ve tan alto en las encuestas.

Quienes hacen prospectiva sobre lo que pasará con la reforma se han centrado en el petróleo (fetiche nacionalista de mediados del siglo pasado) y dejan de lado la reforma más grande, importante, de mayor cobertura y trascendencia de largo plazo: la reforma eléctrica.

Creo entonces que vale hacer un ejercicio de prospectiva de este subsector para intentar saber cuales son los escenarios posibles en el mediano plazo. Procuraré hacerlo de forma rápida, sencilla y basarme más que en las palabras de los que rodean al político en ciernes, a los hechos que se pueden suscitar.

El peor escenario, derogar la reforma, parece imposible de lograr: requiere un 67% de ambas cámaras y 17 legislaturas estatales. No podemos descartar que algunos grupos pidan alguna asamblea a mano alzada para derogar la reforma, pero difícilmente tendrá consecuencias reales.

Sin embargo ¿Es posible modificar algunas de las leyes reglamentarias? Es mas probable, aunque se requieren menos legisladores, parece difícil que algún partido o coalición supere el 50 % de representación en las cámaras. Aún si los modifican, hay puntos que son intocables, porque están consagrados en la constitución, como la autonomía de la Comisión Reguladora de Energía, que es fundamental para el desarrollo del mercado.

Nos queda una: la obstrucción burocrática y/o sistemática.

¿Puede el presidente obstruir el nuevo modelo? Si, aunque sería un balazo en el pie.

¿Quien en su sano juicio renunciaría (con los efectos jurídicos y económicos que implica) a los contratos de energía eléctrica más barata de la historia del mundo (hasta ahora)? ¿Quién renunciaría también a contratos para la construcción de redes de transmisión sin un peso de inversión del Estado?

Así, bajo una lógica económica y de Estado parece que la reforma está resguardada y asegurada. Lo peor que puede suceder, es que se realicen inversiones del Estado para construir, por ejemplo,  plantas de generación con recursos del erario, que eliminen las ventajas de las subastas (los precios más bajos) y alteren el mercado.

Todo lo anterior es bajo una perspectiva de respeto a la ley, pero en realidad la preocupación de los participantes del mercado es justo lo contrario. Obrador tiene al menos dos antecedentes importantes en su vida política en los cuales violó la ley a sabiendas de que lo hacía y no son cosas menores: Primero, se registró y ganó una elección (la única que ha ganado) sin cumplir con los requisitos de ley. Segundo, incumplió una sentencia de la corte, lo que llevó a que le iniciaran un proceso de desafuero.

Ahora, fuera de la lógica técnica también tiene obras absurdas: Cualquier urbanista respetable hubiera desrrecomendado la construcción de un segundo piso gratuito en una ciudad que necesitaba más transporte público. Pero en lugar de eso, como gobernante congeló el proyecto metro y construyó lo no recomendable.

Así pueden suceder ahora cosas fuera del orden legal y económico: En su proyecto de nación propone seguir usando el combustóleo (página 200, ultimo párrafo) que está fuera de toda lógica ambiental y económica. También (aunque sin claridad) propone instalar parques solares en ejidos. Si esto significará regalar los equipos y meter estos parques en el esquema de mercado, no en el de generación distribuida, para pagarle la energía sin subasta de por medio o a un costo determinado por burócratas, puede resultar en desajustes económicos que pagaremos los usuarios finales, aunque no lo veamos porque lo paguemos vía impuestos.

Esas es, en realidad, lo que preocupa al sector. Más allá de proyectos, planes, hay un animo voluntarista, guiado por conocedores de un modelo propio del siglo pasado, que no entienden el nuevo y no comprenden la transición energética y las ahora ventajas económicas de la misma.

Los telómeros:

Elon Musk, el gran impulsor de la transición energética en movilidad, en su “día de los inocentes” avisa su quiebra y todos en México caemos.

Alemanes involucrados en la transición energética y Bertrand Piccard el piloto del avión solar, hacen elogios a la reforma energética mexicana y pocos le hacen caso.

El propio Bertrand habla de poner metas más altas a la transición y la probable próxima Secretaria de Energía dice en cámara de diputados que México no tiene el potencial suficiente de renovables.

¿En qué mundo estamos?

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