Sin Derecho de Réplica
Por: Alberto Rueda / @AlbertoRuedaE
Iniciaron las campañas federales, que durarán 90 días, para los cargos como presidente de la República, senadores y diputados al Congreso de la Unión.
Para el caso de Puebla, en el arranque se vislumbra la fuerza y la estrategia que partidos y coaliciones mantendrán durante toda la etapa proselitista; uno se puede dar cuenta quienes pelean para ganar y quienes compiten sabedores que perderán.
La carrera no será sencilla.
En cuanto al Senado de la República, Mario Riestra de la coalición Por Puebla al Frente (PAN-PRD-MC) arranca con franca ventaja.
Si bien el ex secretario General del Ayuntamiento poblano cuenta con capital propio, se suma además el que le ofrece su familia, con posiciones en el Congreso local y dependencias de estado.
Otro elemento que le ayudará a Riestra Piña es la amplia operación de Jorge Aguilar Chedraui en la zona metropolitana. El ex líder del Congreso local, quien por su lado busca una curul en la Cámara baja, ha logrado fortalecer una importante estructura con personajes clave en su distrito y otras regiones de la entidad.
No obstante, la dupla que conforma Riestra con Nadia Navarro es su mayor lastre, es decir, su compañera de fórmula en lugar de sumar, le resta.
Aun así, la campaña del panista será competitiva.
Ya inició al interior del estado con una cabalgata y en la capital con el respaldo de uno de los sectores con mayor músculo: los comerciantes de la Central de Abasto (operación a cargo de Aguilar Chedraui).
Con una gran convocatoria y con la ausencia puntual de Nadia, iniciaron la campaña con mucho punch.
La competencia de Riestra y Navarro será directamente con la fórmula de Morena, compuesta por Alejandro Armenta y Nancy de la Sierra, quienes buscan ser una dupla que equilibre el mal carácter de Armenta, con la simpatía de la ex primera dama de San Pedro Cholula.
El arranque de los candidatos por la alianza Juntos Haremos Historia (Morena- PT- PES) en la plancha del Zócalo poblano fue corto en convocatoria y transgrediendo las normas del Ayuntamiento, que prohíbe eventos masivos de tipo político para cualquier candidato o partido, en el primer cuadro de la ciudad.
Esto indica que no importa si en la contienda se debe violentar el reglamento; se debe ganar a toda costa.
Esa será la bandera de los morenistas: intentarán pasar por encima de lo que sea y de quien sea para después decirse víctimas de algún complot.
Otro ingrediente que llama la atención es la disputa interna que hay, primero por el descontento generalizado de la militancia por supuestas encuestas de selección que nunca fueron reveladas y por otro lado, porque creen que solo con el arrastre de López Obrador, estarán del otro lado.
El tercero en la competencia no es el PRI, sino, aunque usted no lo crea, el PVEM en la figura de Juan Carlos Natale y Geraldine González quienes pueden tener mayor credibilidad y estrategia que los tricolores.
Lo que les juega en contra es la falta de estructura.
Para su arranque de campaña eligieron un salón privado (por cierto, propiedad del marinismo), con sólo un puñado de simpatizantes, muchos de ellos familia de los candidatos.
En cuarto lugar se encuentra el PRI con Juan Carlos Lastiri y Xitlalic Ceja, quienes optaron sólo por una rueda de prensa para dar a conocer sus temas prioritarios. Solo ellos y sus pocos colaboradores.
Un día antes, en lugar de hacer un evento masivo, optaron por “acompañar” a Pepe Meade aplaudiéndole a través de un televisor. Porque si a alguien le gusta hacer el ridículo, es a los priistas, cada vez más alejados de la posibilidad de regresar al poder.
Finalmente el Partido Nueva Alianza en Puebla no ha logrado sanar las heridas con el magisterio que fue relegado en el proceso de selección de candidatos y donde los que compiten son unos perfectos desconocidos, pues nada tienen que hacer en la contienda.
Por eso el arranque demuestra que mientras unos apostaran todo por ganar, otros sólo juegan a perder.
