Los bienes que dicen poseer los abanderados de la coalición juntos haremos historia los lograron cuando militaban en el PRI, de la Sierra y Armenta y en el PRD, Barbosa
Por: Mario Galeana
La bonanza para los candidatos de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena-PT-PES) en Puebla llegó a sus vidas a través de los partidos de los que ahora reniegan.
Por ejemplo, 99.3% del patrimonio reconocido por Miguel Barbosa Huerta, aspirante al gobierno de Puebla, fue adquirido entre 2012 y 2017, periodo cuando fungió como coordinador del grupo parlamentario del PRD en la Cámara alta.
Alejandro Armenta Mier, abanderado a la primera fórmula del Senado, compró todos sus inmuebles y dos de sus tres vehículos durante el sexenio de Mario Marín Torres, cuando se desempeñó como secretario de Desarrollo Social y, más tarde, como presidente estatal del PRI.
Nancy de la Sierra Arámburo, su compañera de fórmula, hizo pública una declaración patrimonial confusa que no sólo se encuentra desactualizada, sino que también contradice la de su esposo, el alcalde con licencia José Juan Espinosa Torres. Incluso así, es posible determinar que adquirió la mayor parte de sus propiedades durante su periodo como diputada local del PRI —que coincidió también con el sexenio marinista— y durante su encargo como delegada de Prospera en Puebla.
Barbosa: la dicha del Senado
Miguel Barbosa Huerta fue un fantasma hasta su llegada al Senado de la República. O al menos eso refleja la 3de3 que presentó recientemente.
A pesar de que desde 1994 participa en la vida política, y que desde entonces escaló hasta hacerse un lugar en la cúpula nacional del PRD, el candidato adquirió sus primeros dos inmuebles en 2010: una casa y un edificio ubicados en Tehuacán que tienen un valor conjunto de 86 mil 200 pesos, y que —según él— le fueron donados.
A partir de 2012, cuando llegó al Senado por la vía plurinominal, Barbosa Huerta alcanzó la prosperidad. En los siguientes cinco años compró dos casas al contado valuadas en 1.9 millones de pesos, una residencia a crédito con valor de 10 millones de pesos y tres automóviles con precio de dos millones 574 mil 900 pesos.
Entre esa época, su esposa, María del Rosario Orozco Caballero, adquirió a crédito una casa en Tehuacán, pero en la declaración patrimonial de Barbosa Huerta no se especifica el valor del inmueble.
Armenta: la prosperidad marinista
Entre autos, casas y terrenos, Alejandro Armenta Mier reconoció un patrimonio de dos millones 799 mil pesos. El ex priista adquirió casi todas sus propiedades durante el sexenio de Mario Marín Torres, de quien se ha deslindado en los últimos días.
En 2006, cuando fue designado secretario de Desarrollo Social, compró al contado dos terrenos con un valor de 59 mil 653 pesos. La Fiscalía General del Estado (FGE) mantiene una investigación contra Armenta Mier por un presunto fraude cometido en su paso por esta dependencia, lo cual ha sido calificado por el ex priista como una “persecución política”.
Tres años después, en 2009, recibió por “herencia” una vivienda valuada en un millón 626 mil 454 pesos. Ese mismo año, su esposa, Cecilia Arellano Pérez, adquirió al contado una casa ubicada en la capital, pero la declaración patrimonial del candidato al Senado no precisa el valor de este inmueble.
En 2010, sin un cargo público conocido, pero con militancia priista, Armenta Mier adquirió al contado un auto marca Ford con valor de 256 mil 300 pesos, que se sumó a otro Ford comprado al contado en 2004 con valor de 165 mil 700 pesos. En 2016, ya como diputado federal, adquirió una camioneta Honda en 690 mil 900 pesos.
Nancy: la confusión del patrimonio
A pesar de que renunció al PRI, Nancy de la Sierra Arámburo presentó para este proceso electoral la misma declaración patrimonial que hizo pública en 2015, cuando intentó ser diputada federal en Teziutlán por el tricolor.
Esta contraviene de manera directa con el listado de bienes que su esposo, José Juan Espinosa Torres, declaró un año después, en septiembre de 2016.
Un ejemplo: en su declaración, la candidata reconoce que es dueña de dos casas y un terreno; en la de su esposo se indica que es dueña de dos departamentos, dos terrenos y un local. Algunos de estos inmuebles —según la 3de3 de Espinosa Torres— fueron adquiridos en 2002, pero, incluso así, la ex priista no los incluyó en la declaración que presentó en 2015.
La candidata al Senado asegura que su primer inmueble lo adquirió en 2005, cuando era diputada local de la bancada del PRI. Se trata de un terreno ubicado en Atlixco, que fue comprado al contado por más de medio millón de pesos.
Luego, en 2011, compró a crédito una casa por dos millones de pesos. En ese año no se tiene registro de que haya ostentado un cargo público.
Tres años después, mientras ostentaba la jefatura de la delegación en Puebla del programa federal Prospera, recibió en donación otra casa ubicada en Atlixco, con valor de 480 mil pesos.
Según la declaración patrimonial de Espinosa Torres, donde no se incluye el valor de ningún inmueble de su esposa, en 2005, la candidata al Senado recibió en “donación” un terreno ubicado en Atlixco. En 2007 compró al contado un terreno en Atlixco. En 2011, adquirió a crédito un local en Atlixco; mientras que en 2015 —como delegada de Prospera— compró a crédito un departamento que se encuentra en la Ciudad de México.
