La Entrega
Por: Adrián Ruíz / [email protected]
Los candidatos de los partidos políticos y los independientes tienen un enemigo en común: el tiempo. El plazo se acorta y las estrategias siguen sin arrojar los resultados esperados. Las medidas extremas de declinar o sustituir a algún abanderado deben asumirse en los siguientes tres días.
De lo contrario ya nada se podrá hacer, porque las boletas electorales empezarán a imprimirse a partir del próximo lunes 7 de mayo.
La disputa por la presidencia de México será una carrera pareja entre Ricardo Anaya y Andrés Manuel López Obrador. A pesar de la clara ventaja del segundo, el primero durante el debate lo exhibió y consiguió restarle puntos.
El declive normal de quien alcanza el máximo de aceptación será factor favorable para Anaya. Así como la nula respuesta del tabasqueño en los shows televisivos programados mal llamados debates.
La moneda está en el aire y nadie tiene nada asegurado. Los siguientes días serán claves para las aspiraciones de los dos finalistas viables.
En Puebla, Morena y sus candidatos decepcionan cada día más. Sólo las encuestadoras que dan empate técnico entre Barbosa y la panista Martha Erika Alonso saben de dónde sacan los absurdos resultados.
El candidato cobijado por López Obrador es un desconocido total para los poblanos y, como consecuencia, la preferencia a su favor está lejos de la realidad que ven sus escasos promotores.
Y digo escasos porque durante la semana pasada y la presente gran parte del equipo de operadores y mapaches que estaban con Luis Miguel Barbosa renunciaron a sus labores de apoyo.
La falta de pago a la gente originó la desbandada anunciada. El “clan” Barbosa optó por quedarse con los recursos destinados al pago del equipo. Hicieron lo mismo con la venta de candidaturas a las presidencias municipales principalmente.
Reporte del Informante:
Millonaria inversión
La permanencia de Lobos BUAP en la primera división del balompié profesional mexicano se concretará a billetazos.
Lo que no supieron defender deportivamente ahora depende de gente millonaria. En el papel se necesitan 120 millones de pesos para seguir en la competencia. Pero en realidad hacen falta más recursos materiales y humanos.
Los 120 millones sólo son para “engordar” las arcas de la Federación Mexicana de Futbol. Hace falta otra cantidad similar para reforzar las filas de los universitarios, porque los jugadores del plantel carecen de la calidad para la competencia.
Los posibles inversionistas también deberán rodearse de gente capacitada y conocedora de la “mafia” que es el futbol mexicano. De lo contrario su capital se devaluará.
