La Entrega
Por: Adrián Ruíz / [email protected]
El trabajo de las campañas y la conquista de votos queda atrás, a medida que llega el día de las elecciones. Las encuestas, los dimes y diretes, así como las descalificaciones a los adversarios serán olvidadas. En la recta final, el trabajo fino a través de las maquinarias –unas aceitadas y otras oxidadas– inclinarán la balanza hacia un candidato.
Los días clave serán 28, 29 y 30 de junio. Los equipos trabajaran las 24 horas del día para sumar seguidores. Los recursos económicos y las estructuras de cada partido serán determinantes.
Las armas (no tan) secretas las representan los cañonazos, que en las elecciones históricas que se avecinan podrían alcanzar la también histórica suma de cinco mil pesos. La cantidad, nada despreciable para los millones de mexicanos que ganan el salario mínimo, hará la diferencia.
Los cañonazos sin duda calmarán la molestia y desencanto de quienes han formado una ola de simpatizantes por el supuesto cambio. Las necesidades de los votantes son prioritarias antes que las promesas, las cuales, como cada seis años, en eso quedan.
La etapa interesante de las elecciones empezó y la estrategia monetaria mostrará su poder. Por supuesto, Puebla está inmersa en la inercia del juego y está próxima la hora de verificar quién es capaz de tragar más pinole.
Reporte del Informante
Rechazo patente. La debacle del candidato Luis Miguel Barbosa Huerta parece inevitable. Los poblanos no lo aceptaron. Y el senador con licencia contribuye a ese repudio en cada oportunidad que tiene.
La visita a San Gabriel Chilac, en días pasados, sirvió para que los habitantes le expresaran su rechazo. Lo dejaron llegar al lugar para iniciar el mitin de campaña programado.
Una vez que tomó el micrófono, lo obligaron a bajar del templete para despedirlo entre silbidos y protestas con su comitiva, encabezada por su primo Julio Huerta Gómez a quien impuso como candidato a diputado local por el distrito de Ajalpan.
Meses de Hidalgo
La incertidumbre sobre los resultados de las elecciones en Puebla, tienen con los nervios de punta a varios funcionarios. Como ignoran la suerte que les depara el futuro prefieren amarrar lo que ahora tienen. Nada garantiza su continuidad, aún con el triunfo de sus gallos.
La Dirección de Vialidad estatal, a cargo del célebre Alejandro Ulloa ‒gente del góber precioso‒, incrustado en la corporación por el no menos célebre capitán Jorge Morgado, trabaja horas extras para ganarle tiempo al tiempo y llenar las arcas.
Alejandro Ulloa, famoso por sus fechorías y traiciones, exige cuotas diarias de mil 500 pesos por turno a cada una de las 10 patrullas.
Los patrulleros salen a cazar a todo automovilista que circula después de las 22:00 horas. Saben que deben reunir la cuota, además del pago de combustible de la unidad y sacar lo suyo.
Sin el menor esfuerzo se embolsa 30 mil pesos diarios sólo de las patrullas, además de los ingresos por motociclistas y agentes de cruceros. Como dice el corrupto funcionario, “para qué estudiar si la ignorancia es bien recompensada”.
