Las Serpientes
Por: Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo
Una realidad es que muchos de los candidatos por Morena a diferentes puestos de elección popular están tirados a la hamaca. No hacen campaña.
Nadie los ve, nadie los oye, sólo quieren ser arrastrados por la presencia del tabasqueño en la boleta electoral y el peso que su figura representa para este partido político y para las rémoras que lo acompañan en su lucha por conseguir el voto en cascada.
De verdad va a resultar increíble ver cómo personajes que siguieron la receta del efecto Fox de 2000, es decir, irse a su casa a dormir y ver cómo los jala el candidato presidencial, pueden llegar a San Lázaro o al Congreso local. ¿De verdad ese es un cambio democrático?
Mucho se debe reflexionar sobre el voto en cascada, ese que López Obrador pide en cada visita a Puebla, y es que si bien es cierto que hay candidatos como el propio Barbosa, Alejandro Armenta y Nancy de la Sierra que van a todos lados, también hay algunos que ni sus luces. ¿Merecen ganar?
No le he escuchado, ni le visto ninguna propuesta a varios de los aspirantes a diputados locales por Morena por Puebla capital, a excepción de José Juan Espinosa, a los demás ni siquiera los conozco, ni he tenido referencia de ellos.
Ojalá de verdad se dé el voto diferenciado, pero la realidad parece indicar que no será así, o sólo en una escala mínima, no más de 10% de las posiciones, salvo en las presidencias municipales donde sí se observa que se puede abrir más la brecha.
Qué clase de diputado o de representante popular puede ser aquel que prefirió irse a ver las telenovelas a su casa, que estar en contacto con la gente para conocer sus demandas.
He escuchado a algunos representantes de Morena en Puebla decirles a los abanderados o recomendarles, mejor dicho, no hacer campaña para no hacer compromisos y también para no tener que gastar u ofrecer algunas cosas a las personas, de asco.
¿Quién ha visto u oído a Miguel Acundo González, candidato a diputado federal por Huauchinango, o a Evelia Hernández Juárez, la abanderada por Zacatlán, alguien ha visto a la aspirante a diputada federal por Teziutlán, Mercedes González Medina?
Y así podríamos citar a más candidatos de Morena que esperan sólo ser arrastrados por la ola lopezobradorista.
Sólo se salvan los cuatro de la capital que están haciendo una campaña interesante, principalmente Fernando Manzanilla, quien va en caballo de hacienda para convertirse en diputado, sin demeritar por supuesto a Saúl Huerta, que trabaja en el distrito 11, ni tampoco a Guillermo Aréchiga, en el 9, o a Alejandro Carbajal, en el distrito 6, quienes con menor intensidad, pero también hacen ruido.
Los locales también dejan mucho que desear, reitero, siguieron al pie de la letra la receta del foxismo, irse a su casa y esperar a que pase la elección para convertirse en diputados, lo que no tiene nombre.
A muy pocos se les ve en la calle, muy pocos hacen campaña, muy pocos muestran interés en apoyar a López Obrador, sólo se aparecen en los mítines y después se desaparecen, no hacen más méritos que estar a la espera de que llegue la ola.
Esta es para mí la gran debilidad de Morena, abanderados, sin estructura, sin dinero, pero además, esperanzados a que “san Andrés” les haga el milagro y se pueda hacer realidad su sueño de obtener una curul, sin más mérito que estar en el lugar adecuado, en el momento indicado.
Si bien es cierto que el efecto López Obrador les puede beneficiar para obtener una buena cantidad de votos, también es necesario contar con una buena estructura que garantice lo más importante, que estos sufragios realmente cuenten y se cuenten bien.
El Estado de México fue una muy amarga experiencia para la gente de López Obrador, sólo pudieron cubrir 30% de las casillas, lo que fue mortal para Morena y vital para que el PRI retuviera la gubernatura de aquella entidad.
