Patrimonialismo estilo Morena

Fiel imitador de su mesías en turno, José Juan Espinosa Torres logró lo que las bases de Morena tanto detestaron: que consumara con desfachatez su patrimonialismo en el partido. Vea usted: primero se sentía candidato a la gubernatura, pero tras recibir sendos coscorrones operó para imponer a su esposa como candidata al Senado en la segunda fórmula. A su compadre, Luis Alberto Arriaga, lo hizo abanderado a la alcaldía de San Pedro Cholula, mientras que a su hermana –a quien le pagaba como directora del DIF– Maricarmen Espinosa, no tuvo empacho en colarla al primer lugar de la lista de regidores por ese municipio. ¡Viva el patrimonialismo! ¿Será?

 

El caciquito dobló las manos

Después de tanto gritar y exigir a la dirigencia estatal del PRI un lugar en la lista de candidatos plurinominales al Congreso del estado, Lorenzo Rivera Nava, Lenchito, terminó por ser obligado a conformarse con un lugar dentro de la planilla de regidores del candidato a la presidencia municipal de Puebla, el inefable Guillermo Deloya Cobián. Lenchito es hijo de Lorenzo Rivera, uno de los más detestables caciques de la Sierra Norte, quien en esta elección también hizo de las suyas al imponer a cuanto familiar pudo en diferentes candidaturas. ¿Será?

 

Un marinista en el PSI

Pues con la novedad de que en su desesperación para buscar candidatos que llenaran los espacios a las presidencias municipales, el dirigente del Pacto Social de Integración (PSI), Carlos Navarro Corro, no tuvo empacho en abrirle la puerta a uno de los marinistas más corruptos: Rodolfo Chávez Carretero, quien se desempeñó como director del CAPCEE en la gestión de Mario Marín Torres. ¿Qué tuvo que pactar Navarro Corro para aperturar ese espacio? Esa es la pregunta que todos se hacen en Atlixco, donde buscará la presidencia municipal y dividir el voto priista. ¿Será?

 

Houston, tenemos problemas

Algo pasa en el PRI poblano que permitió que su candidato presidencial José Antonio Meade Kuribreña tuviera un paso con más pena que gloria por la entidad poblana. El presidenciable primero se reunió con empresarios poblanos, a quienes por más que intentó no pudo convencerlos de las bondades de su proyecto. Pero para colmo, en el único evento masivo que tuvo en la ciudad de Atlixco no logró llenar el sitio donde fue convocada la cargada tricolor. Ni la operación de Antorcha Campesina sirvió. ¿Qué cuentas dará la dirigencia estatal de este absoluto descalabro? ¿Será?

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