Sin Derecho de Réplica

Por: Alberto Rueda / @AlbertoRuedaE

La intensidad de las campañas aumenta de nivel conforme avanzan los días.

Lejos de lo que la ciudadanía esperaba en cuanto a propuestas concretas para problemas añejos, los candidatos le apostaron por la descalificación, para que al final votemos por el menos corrupto y deshonesto.

En esta guerra de lodo, la lluvia de acusaciones se ha convertido en el común denominador.

Las conferencias de prensa no son para presentar plataformas de trabajo o proyectos de gobierno, sino para intentar demostrar que aquel apesta más que el otro que sale a declarar.

Dicen que en la guerra todo se vale, pero hasta en los conflictos bélicos hay códigos.

Cuando se agotan los argumentos, se presentan los síntomas de desesperación y se recurre a la sinrazón.

Y me parece que eso es lo que está ocurriendo con el candidato Luis Miguel Barbosa, quien ahora amenaza a Enrique Doger de revelar los “amoríos” del ex rector de la BUAP. Eso quiere decir, pasar de lo público a lo estrictamente personal y privado.

Así no.

Que Barbosa está siendo víctima de una campaña negra, es cierto, pero hasta el momento los señalamientos se pueden aclarar respondiendo con argumentos y pruebas claras para demostrar que su riqueza no es inexplicable, pero de ahí a intentar meterse en la vida íntima de sus contrincantes es muy bajo.

Es tan ruin como si alguno de sus oponentes se atreve a tomar como estrategia de guerra sucia el estado de salud del senador
con licencia.

Los tiempos en Puebla y el país no están para seguir dividiendo y polarizando.

Llegar a esos extremos deja en evidencia que la ambición por el poder no se da necesariamente por el interés legítimo de querer ayudar a los poblanos, sino porque ese poder les beneficia a ellos y a sus grupos; por eso tanta mierda, por eso tanta desesperación.

•••

Días atrás, la candidata a la alcaldía de Puebla por el Partido Verde, Paola Migoya, acudió a una universidad para presentar sus propuestas de campaña.

Había algo así como 100 personas... o más, como 80.

La neoverdecologista estaba acompañada por la también candidata, pero al Senado, Geraldine González Cervantes; hasta hace unas semanas, diputada local.

Pues resulta que Paola Migoya primero habló (entre otras cosas) de la reelección. Quién sabe si logre el porcentaje de votación necesario para salvar el registro del partido en Puebla, pero ya piensa en la reelección.

Sin embargo, lo qué pasó después provocó cierta incomodidad en Geraldine.

Y es que Migoya dijo: “La reelección sirve y eso fue para nosotros un gran logro porque no querían, porque hoy hay una reelección escondida, el famoso chapulinazo”.

¿Qué no le explicaron que su compañera de partido Geraldine González forma parte de esa especie de chapulines políticos?

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