La Mirada Crítica
Por: Román Sánchez Zamora / @RomansanchezZ
-La vida no sería la misma, la vida ya no es la misma, pero nunca me di cuenta cómo era hasta que cambió, nunca me di cuenta de las señales, nunca me di cuenta lo feliz que era hasta que su ausencia estuvo presente- sollozaba mientras apretaba entre sus manos el collar que le había regalado apenas unos días antes esa dama que ahora se encontraba en un féretro.
Paso 1
-Nos fue muy bien con el caso del tendero, según no tenía dinero, pero ya lo habíamos observado desde hacía unos días y mira lo que nos dejó por sacar ese permiso que costaba solo tres salarios- y le respondió el hombre misterioso –sacar mil salarios, sí que hay ganancia contigo, eres una máquina de hacer dinero- pero no lo habría hecho sin ti- le respondió.
Paso dos
-El sistema somos todos y todos somos parte de este círculo de la corrupción-, le dijo el hombre misterioso a su jefe mientras le daba su comisión.
Paso tres
-Estas rémoras no tienen límite, pero no es lo que les di, sino los favores que ahora obtendré, pues ahora ellos me deben defender- pensaba Joaquín el tendero mientras pagaba al contado tres camiones que requería para el tránsito de su mercancía por los condados cercanos.
Paso cuatro
-Es la medalla que un día me dijo que le recordaba a su abuelita la cual quiso mucho y este día de su cumpleaños, deseo darle un símbolo de la gran admiración y respeto que tengo por él, mi gran amigo desde niños- le dijo al relojero, Mitzi… la amiga del hombre misterioso.
Paso cinco
-No hay duda que con algo de historia, un pedazo de latón comienza a tener valor, pero esta gente qué sabe de oro, plata o arte, son plebeyos buscando ser parte de un club al que nunca pertenecerán- le dijo el relojero a Joaquín.
Paso seis
-¿Y, quién tiene la verdad? Todo es tan relativo como el instante, nadie se acuerda del cómo llegaste al poder- le dijo el hombre misterioso a su jefe cuando le daba su comisión.
Paso siente
-No sé quién sea tu amigo, pero ha de ser un gran tipo, siempre me hablas maravillas de él sin duda que valoraría yo mucho su amistad- le dijo a Mitzi su papá mientras le daba dinero para el regalo…
La red social, se contempla como un efecto multiplicador del dinero, sobredimensiona a la población cuando son pocas las personas con las cueles se tiene relación y llegan a marcar la vida, algunas por cercanía otras por circunstancia y estas mismas se van quedando algún tiempo y otras como siempre sólo son instantes fugaces.
El hablar de redes cibernéticas controladas, de centros de interés observados, de sociedades inducidas a pensar que ellas son las que deciden, cuando únicamente son parte de una circunstancia lógica, decepciona al estadista más soñador, todas bajo un acuerdo social existente porque son ellos los que le dan vida (Bauman, 2017; Orwell, 2017; Huxley, 2017; Platón, 2015, Rousseau, 2015; respectivamente).
¿Quién inicia a podrir la estructura? ¿Cada uno hace su parte o es un fenómeno que busca su propia subsistencia humana? ¿Es tan humano, que todo acto se personaliza, como el camuflaje o como el instinto de una zorra (Maquiavelo, 2002)?
Una caminata de siente pasos por el mundo
Aunque nunca se lo pudo decir, Mitzi sentía una gran admiración y respeto por ese hombre misterioso, del cual se había enamorado desde la secundaria de lo cual ya habían pasado más de 20 años.
Ese hombre, se había esperado, ahorrando para un día: comprar, sobornar, establecer un mundo donde él fuera el centro, así como había visto en una película de Francis Ford Coppola, el padrino, inspirada de un libro que un día compró pero que nunca leyó.
A Joaquín, le habían vendido unos camiones de contrabando, uno de ellos estaba mal de un eje y ocasiono un accidente en el cual Mitzi perdió la vida…
La luz se prendió y Alejandro despertó, agitado… nada había sido cierto, ni él era el hombre misterioso, no él era un sobornador profesional, menos aun Mitzi había muerto…
-Y si un día fuera esto verdad, claro que valdría la pena-, pensó para sí mismo, cuando se disponía ir a ver a su novia que tanto decía amar…
