Las Serpientes
Por: Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo
El Partido Revolucionario Institucional vivirá en Puebla la peor derrota de toda su historia,
no ganará ni un solo distrito en el plano federal, tendrá a nivel local la bancada más
pequeña de toda su historia en el Legislativo y se irá al tercer lugar tanto en la gubernatura
como en el Senado de la República.
Por lo que se refiere a la participación del tricolor en la capital, los números muestran que
su candidato, Guillermo Deloya Cobián, se puede ir hasta el cuarto lugar en las
preferencias.
El PRI es un verdadero desastre, no tiene pies ni cabeza, fue abandonado a su suerte por la
cúpula nacional, la cual dejó en manos del morenovallismo al tricolor, lo que provocó el
disgusto de una buena parte de su militancia, que se pasó a las filas de López Obrador y su
Morena.
Sin embargo, sólo materializó en los hechos la alianza que muchos grupos de este partido
ya tenían con el grupo en el poder en Puebla, como la CTM de Leobardo Soto, sólo por
poner un ejemplo.
El aspirante a la gubernatura, Enrique Doger Guerrero, ha demostrado, una y otra vez, que
es competitivo, pero definitivamente no enfrentó la mejor de las situaciones y la tan ansiada designación le llegó a destiempo.
Doger nunca pudo crecer, la marca se convirtió en un lastre para el abanderado a la
gubernatura, lo mismo que el aspirante a la alcaldía de Puebla y el propio candidato a la
presidencia de la República fue otra ancla.
El mismo candidato, reitero, al parecer obtuvo la designación a destiempo, ya no es el
mismo Doger ciudadano que ganó la presidencia municipal en 2004, ni el que se opuso a
Marín en 2006 y soñó en destituirlo para ocupar su lugar.
Lo que al principio se pensó iba a ser una lucha de tercios, entre PAN, Morena y el PRI, se
convirtió ya en asunto de dos, el tricolor cedió el terreno y ahora, por primera vez en la
historia, se irá el tercer lugar de las preferencias.
Lo mismo ocurre en la lucha por el Senado de la República, una y otra vez se dijo que Juan
Carlos Lastiri no era un personaje competitivo. El ex funcionario federal arrastra un gran
desprestigio y una pésima imagen.
Su supuesta estructura basada en las delegaciones federales apenas y le va a alcanzar para obtener el tercer lugar de las preferencias, un hecho es que ni Doger, ni Lastiri lograron sumarle al PRI, lo que obtendrán es el voto duro que aún le queda al tricolor, el que cada vez se hace más pequeño. Entre 12% y máximo 15%, nada más.
El aspirante a la alcaldía, Guillermo Deloya Cobián, resultó todo lo que ya habíamos
señalado, un hombre bien intencionado, pero completamente alejado de lo que es Puebla,
sin articular una buena propuesta que le pudiera competir a los Rivera, Lalo y Claudia.
Peleado con Enrique Doger, sin dinero para realizar una buena campaña y sin estructura
propia, Deloya puede pasar a la historia por mandar al PRI al cuarto lugar en las preferencias en la capital, aunque hay que señalar a su favor que fue el púnico priista que
tuvo el valor de tomar la empresa en sus manos, ya que Víctor Giorgana y Lucero Saldaña
eludieron la responsabilidad.
Las diputaciones federales están prácticamente todas perdidas para el PRI, al que si bien le
va puede lograr ganar una o dos curules en San Lázaro, la peor actuación en toda s historia. Una de las que puede ganar es Zacatlán, merced al trabajo de José Luis Márquez y
del cacicazgo de los Rivera.
Por ahí también se puede ganar Acatlán, distrito donde Maritza Marín ha recibido todos los
recursos de Jorge Estefan, aunque puede ser dinero tirado a la basura.
Por lo que se refiere a las diputaciones locales, la situación es igual, de las 26 posiciones
que están en juego, difícilmente el tricolor podrá ganar una o dos, será la peor actuación
electoral de lo que algunas vez fue el partido dominante en Puebla, que entró en una severa crisis a raíz de la derrota en 2010 de Javier López Zavala.
Ya ni hablar de las alcaldías que estarán en juego, pocas, muy pocas ciudades importantes
quedarán en manos del tricolor, tal vez Zacatlán y Xicotepec sean los únicos municipios en
importancia, en el resto de la cabeceras distritales el tricolor y su voto quedaron
pulverizados por los partidos satélite del morenovallismo o Morena y su irrupción en el
mapa electoral poblano.
Lo que quedará del PRI después del 1 de julio será una simple caricatura de lo que alguna
vez fue el partido que gobernó de manera ininterrumpida y durante 70 años en Puebla.
Réquiem por el tricolor y muchas de sus supuestas figuras emblemáticas.
