Es uno de los componentes más peligrosos para los seres humanos, sin embargo, ayuda en funciones neuronales, digestión y en la sexualidad.
Plumas Ibero
Por: Diana Bibiano Betancourt
FplumasEs importante reconocer a un elemento bioquímico que, hasta la fecha, se le ha conocido como un asesino en serie debido a la mala publicidad y el poco interés por conocer más de él: el colesterol.
Es un componente de vital importancia para el ser humano que interviene en la función de las neuronas, participa como estructurador de las membranas celulares y los ácidos biliares que ayudan a digerir la grasa, tiene la función antioxidante y, por si fuera poco, es precursor de sustancias que nutren al cerebro, como la vitamina D, y de hormonas principales (sexuales y cortico-esteroides) que mantienen el equilibrio en el organismo.
El colesterol se obtiene a través de dos vías: los alimentos y el hígado; aproximadamente ingerimos 500 miligramos al día, del cual, 40% es absorbido por el intestino y el resto se produce en el hígado de acuerdo con las necesidades metabólicas y, a través de unas moléculas denominadas lipoproteínas, se transportan a donde se necesitan por medio del sistema circulatorio para realizar sus funciones; existen cinco clases de lipoproteínas, las que tienen mayor relevancia son HDL (lipoproteínas de alta densidad) y LDL (lipoproteínas de baja densidad).
No basta con una medición de “colesterol total” en concentración sanguínea para establecer un diagnóstico, este estudio debe incluir mínimo los siguientes reactivos: colesterol total, C-HDL, C-LDL, triglicéridos, interpretados por un experto y acompañados de una consulta médica.
¿Existe el colesterol bueno y el colesterol malo?
No, el colesterol es el colesterol, la confusión radica en las lipoproteínas.
La HDL se encarga de transportar el colesterol desde los tejidos periféricos hacia el hígado; concentran el colesterol libre circulante.
Las principales causas de reducción del HDL son la obesidad, hipertrigliceridemia y factores genéticos
La LDL se encarga de transportar la mayor parte del colesterol que permanece en circulación durante varios días, su función es llevarlo a los tejidos periféricos; cabe resaltar que estas lipoproteínas son las únicas que pueden representar un problema porque, al estar circulando de forma activa, pueden pasar a través de las paredes arteriales oxidándose y provocando daño.
Pero el daño no se da por sí solo, se produce únicamente cuando el organismo está expuesto a una inflamación o lesión en las paredes arteriales causada por carencias nutricionales crónicas, así como por el tabaco, alcohol, la falta de ejercicio y el sedentarismo.
Los alimentos que promueven aumento de LDL son carbohidratos harinas refinadas, azúcar, bebidas alcohólicas, carnes rojas, embutidos, entre otros.
El nivel deseable de colesterol total en concentración sanguínea es menor a 200 mg/dl, profesionales de la salud consideran que se debe mantener lo más bajo posible; sin embargo, existe evidencia, tanto en hombres como en mujeres, quienes con niveles menores de 150 mg/dl tienen una mayor probabilidad de desarrollar depresión, demencia, ansiedad y desequilibrios hormonales entre otros padecimientos, porque al reducirlo, en la sangre se merman los receptores de serotonina (neurotransmisor responsable del estado de ánimo la digestión, el sueño y la sexualidad entre otras funciones), alterando el equilibrio del metabolismo lipídico cerebral.
Hoy en día la mayoría de las personas están conscientes de las repercusiones que implica presentar cifras elevadas de colesterol, es común que la mayoría de los afectados sepa qué hacer o qué tomar para normalizar este valor.
Pero, ¿sabemos qué hacer para prevenir el aumento de colesterol o cómo tratarlo cuando está muy bajo?
Los expertos aconsejan añadir los ácidos grasos esenciales, consumir abundantes frutas y vegetales; evitar ácidos grasos trans y los aceites refinados.
Además de mejorar tus hábitos de alimentación, incluyendo productos fuentes de colesterol como grasas de origen vegetal (aguacate, coco, aceitunas, frutos secos, semillas) y grasas de origen animal (huevo y pescado).
Si vas a realizar un plan de alimentación, no sigas modas, lo ideal es acudir con el nutriólogo, es el único que te puede brindar la información adecuada para ti.
Una cifra de colesterol total por encima de 200 mg/dL sin llegar a los 300 mg/dL no implica mala salud (siempre y cuando no existan enfermedades agregadas). Es necesario tener en cuenta otros factores para prevenir alguna complicación.
El colesterol por sí solo no es una enfermedad. No podríamos funcionar sin él, ya que 90% se encuentra en tejidos y células especialmente en las del cerebro, el sistema nervioso y el hígado.
No sólo es lo que comes sino el estilo de vida que llevas lo que influye totalmente en el desarrollo de alguna comorbilidad.

