Otra del compadrito

Vaya enojo el que vivieron los vecinos del centro de San Pedro Cholula debido al caos que generó el cierre de campaña del compadrito Luis Alberto Arriaga Lila, como candidato a la alcaldía de ese lugar. Y es que no sólo fue el gentío que se acumuló y que dejó la plancha del Zócalo hecha un muladar, tuvieron que lidiar con decenas de autobuses que realizaron el acarreo de la gente que acudió al acto proselitista, cuyos conductores taparon entradas de las viviendas, se estacionaron en lugares prohibidos y generaron tales desmanes que a más de uno le terminaron recordando a su jefecita. Obviamente no faltó el clásico lunch campañero. ¿Será?

 

Desbanda en el Panal

Donde continúa la desbandada de militantes hacia otro partido es en Nueva Alianza. Resulta que el dirigente de Convicción Mexicana, Alonso Trujillo, quien es candidato plurinominal a diputado federal, renunció a su postulación y se sumó a la campaña del abanderado a la alcaldía de Puebla, Eduardo Rivera Pérez. Falta saber qué opina el inefable dirigente estatal del Panal y aspirante a senador por la segunda fórmula, Emilio Salgado Néstor, ya que Alonso era uno de sus incondicionales y decidió cambiar de caballo en la recta final de la contienda. ¿Será?

 

Sigue el enojo de Barbosa

El que anda con las tripas amarradas de tanto coraje es Luis Miguel Barbosa Huerta, quien se enganchó en una guerra epistolar con el director de Diario Cambio, Arturo Rueda, pues le reprochó impulsar una guerra sucia en su contra y ser peón del morenovallismo. La epístola del candidato sacó a la luz su actual condición humana: la ira. Lo que hay de fondo es que el ex perredista cree, equivocadamente, que un sector de la prensa lo llevó a perder popularidad y le llenaron el camino de piedritas. Lo único que ocurrió es que Barbosa incumplió la máxima de la política: Si no quieres que algo se sepa… no lo hagas. ¿Será?

 

Atlixco, ejemplo morenista

El desaseo con el que se condujo el líder estatal de Morena, Gabriel Biestro Medinilla, para la elección de candidatos a los diferentes puestos de elección tuvo su cenit en Atlixco. A unos días de la elección, la coalición Morena-PT-PES tiene dos candidatos: uno avalado por el TEPJF, Juan Antonio Villarroel, y otro impuesto Eleazar Pérez. Lo que ocurre en ese municipio es una auténtica vergüenza para el partido propiedad de Andrés Manuel López Obrador, quien hizo oídos sordos y avaló muchísimos de los escándalos que ocurrieron en Puebla. Atlixco es la yunta con la que Biestro debe arar. ¿Será?

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