La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam 

La izquierda poblana es singular:

En el sexenio de Bartlett cobraba en la ventanilla de Mario Marín, plomero de un régimen autoritario nacido a las faldas del Fraude Patriótico y de la Caída del Sistema.

Ahora, cobijados por los mismos personajes (Bartlett y Marín), algunos de esos personajes firman desplegados exigiendo, faltaba más, un manotazo autoritario en Puebla.

Los años y el usufructúo de los dineros públicos limaron asperezas ente algunos de los abajofirmantes y los antiguos autoritarios.

Hoy, quién lo dijera, son compañeros de lucha y de ruta.

Bartlett fue el primero en corromperlos al incorporarlos a la nómina del antiguo Instituto Cultural ubicado cerca del Paseo Bravo.

Ahí domesticó a poetas y académicos, con quienes solía conversar de filósofos y politólogos.

(Bartlett es uno de los pocos políticos mexicanos que lee, y mucho).

Marín les dio obra pública y la posibilidad de cobrar por proyectos arquitectónicos pésimamente hechos.

Hoy, faltaba menos, los abajofirmantes —algunos de ellos, verdaderamente impresentables— pretenden mover las aguas de la elección poblana a sus pequeños arroyos miserables, curtidos en el influyentismo y el compadrazgo.

Lo curioso es que se sienten con autoridad moral.

Mala suerte: todos los conocemos.

 

El Lenguaje no Miente

Qué rápido se agotan las frases hechas y los lugares comunes.

Del lado del barbosismo, todos los días nos salen con su “No se han dado cuenta de que México ya cambió”.

O su “No los voy a defraudar”.

O su “No se equivoquen”.

O su “No saben con quién se meten”.

Lo malo es que el lenguaje cuando se corrompe deja de significar.

Hoy sólo quedan las bravatas y las amenazas, pero éstas también se agotan cuando los argumentos escasean.

No basta con ser matón y gritón, hay que parecerlo.

Las caricaturas sólo provocan risas.

Por cierto: ¿Dónde quedó la célebre frase de “sonríe, vamos a ganar”.

Uno de los propagandistas de ésta, Gabriel Biestro, dirigente de MORENA en Puebla, no sólo perdió la sonrisa: ahora busca chamba a como dé lugar en el ayuntamiento que encabezará Claudia Rivera.

De hecho, varios que soñaban con integrar el Gabinete de Miguel Barbosa hacen lo mismo.

El último en salir que cierre la puerta.

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