La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam 

Arranco con la cita de un fragmento de la más reciente columna de Enrique Núñez relacionada con la impugnación que interpuso Miguel Barbosa ante los tribunales:

“Lo que en los altos círculos de Morena ya se da como un hecho, es que Andrés Manuel López Obrador va a dejar correr el procedimiento jurídico sin cargar los dados, por dos razones principales: mantener la imagen de presidente demócrata y no mandar señales de ambición política desmedida, traducida ‘al toma todo’ de la pirinola.

“Ya la ministra Olga Sánchez Cordero sabe de esa decisión, por lo que no habrá llamadas, ni reuniones con los magistrados del Tribunal Federal, dejándolos en libertad de juzgar con base en las pruebas que presentarán los abogados de Luis Miguel Barbosa”.

Hasta aquí la larga pero reveladora cita.

La versión de Núñez no es insensata y tiene mucho de razón.

Lo que menos le conviene a López Obrador en estos momentos es un señalamiento de autoritario, una vez que se supone que su llegada a Palacio Nacional se debe, en parte, al hartazgo de la población con el régimen autoritario priista.

La gente no votó por la vuelta del autoritarismo, sino por un nuevo régimen de libertades y rostro democrático.

Quienes aplaudieron como focas del ártico canadiense las palabras de AMLO —a propósito de Barbosa y su impugnación— demostraron que lo suyo es el circo y el palo.

Y es que en el fondo, dichas focas quieren el regreso brutal de la Presidencia Imperial.

Dicho video —subido a Facebook por varios alcaldes electos de Morena— deja muy mal parado al virtual presidente electo, pues sus palabras de consuelo a Barbosa pueden ser tomadas como una expresión del multicitado autoritarismo.

La traducción que las focas del ártico hicieron fue que AMLO les ordenaría a los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que anulen las elecciones a la gubernatura poblana y que abran nuevos comicios.

El solo video sería prueba contundente de que el presidente AMLO arrancó la restauración de la República sometiendo a los magistrados.

(Flaco favor le hicieron quienes subieron el video y las focas aplaudidoras).

Las líneas de Núñez hablan de que la sensatez se ha impuesto y que las bravuconadas no forman parte del nuevo —inminente— gobierno.

Por otra parte, las flacas pruebas aportadas por Barbosa y sus abogados no moverán nada ante el Tribunal Electoral, pues carecen del mínimo soporte como para tirar una elección.

Sólo un manotazo de AMLO lograría lo que los abogados de Barbosa no pudieron.

Pero eso, ya se ve, le quitaría a López Obrador “la imagen de presidente demócrata” y enviaría “señales de ambición política desmedida, traducida ‘al toma todo’ de la pirinola”.

Lo que diga el dedito de AMLO es la clave.

 

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