Los Guisantes de Mendel
Por: Víctor Florencio Ramírez Cabrera / @vicfc7

Sería falso negar que hasta hace unos días había nerviosismo en los participantes del mercado energético, pero las primeras declaraciones de los representantes del nuevo gobierno involucrados en el tema energético han tranquilizado mucho a buena parte de los inversionistas.

Hablar de que se va a mantener la reforma energética y que habrá certeza legal para los que están metiendo fierros, dinero, esfuerzo, trabajo y capital humano, genera estabilidad y confianza.

En realidad, los planes que formaron parte del Proyecto de Nación no modifican la estructura real del mercado energético, sino que se centran en infraestructura que se pretende hacer con cargo al erario.

Para algunos analistas, estas obras son necesarias, para otros no, para algunos parecen fetiches (hay quien sostiene que las refinerías de Obrador son como el muro de Trump), hay quienes sacan a las obras de la lógica de mercado y las llevan al ámbito político y así las justifican (podría no tener lógica económica construir refinerías, pero si efectos políticos benéficos a quien las prometió).

Lo que la mayoría espera es que esto se decante con una visión económica y que se haga lo que tenga lógica económica. La  imagen de Carlos Urzúa y Gerardo Esquivel en hacienda parecen ser buenas señales.

Ahora, si es así, tanto el Programa de Desarrollo del Sistema eléctrico Nacional (PRODESEN) como buena parte del Proyecto de Nación en infraestructura podría quedar en promesas sin cumplir, promesas cumplidos con fierros abandonados o un Mercado energético no competitivo. Ojalá sea lo primero. El PRODESEN limita las renovables y apunta a la supremacía del gas. El Proyecto de Nación, aunque fortalece las renovables, apuesta mucho por hidrocarburos. El futuro será de renovables, cuyo costo de largo plazo es el más bajo y seguirá con esa tendencia.

Por otro lado, la reforma fue un cambio de paradigma en la administración pública.

¿A qué me refiero?

Aunque se niegue, la realidad es que la reforma generó una autoridad muy poderosa, que reside en un cuerpo colegiado diferente y autónoma del presidente y de la Secretaria de Energía. Si bien la Secretaria se empoderó temporalmente durante el proceso de transición, su actividad será cada vez menos relevante. A su vez, la Comisión Reguladora de Energía es el gran árbitro del sector.

Si se mantiene un comportamiento institucional y constitucional, el presidente electo tendrá mayoría en el órgano de gobierno de la Comisión hasta el año 2022, cuando 4 de los 7 comisionados sean propuestos y/o elegidos por él.

Pero hay algo más importante aún que la propia actividad gubernamental.

México ha roto récords de costos de energía eléctrica por buenas prácticas regulatorias y por abrir el sector a lo que mejor ha funcionado: el mercado; la influencia de las renovables se ha disparado no solo por un asunto de conciencia ambiental, sino por sus costos y porque el modelo eficientista usó esos costos.

La actual administración no metió un peso a los nuevos parques de energías limpias en inversión ni infraestructura, solo regulación y si acaso financiamiento y el crecimiento fue masivo.

El secreto fue una buena regulación que aprovechaba las ventajas de los competidores.

Quienes llegan deben entender que lo vital es regular el mercado, que la CRE lo ha hecho razonablemente bien, y que alterar el mercado con inversión del gobierno sin visión económica o con presiones para generar regulaciones desiguales que favorezcan a las inversiones de gobierno sin sentido económico, puede no significar necesariamente beneficios al usuario final o a los más pobres, sino tirar el dinero a la basura… o al fierro viejo.

Finalmente, hay un espacio importante que el nuevo gobierno debe corregir a la reforma de 2013: la reforma se centró en cambiar el modelo de monopolio a mercado, pero mantuvo la base de recurso energético primario, habiendo mejores formas de satisfacer el consumo y ser mas competitivos.

Por ejemplo: más del 50 % del costo energético de los hogares e industria se usa en generar calor.

Más del 25 % de la energía del país es para mover personas o cosas ¿imagina satisfacer esas demandas con calor solar y electricidad? Es por ahí, por mercados más eficientes, facilitando la satisfacción del consumo, por donde se debe transitar, sin necesitar inversión del Estado.

 

Los Guisantes: La madre de la Ley de Transición Energética, una aliada del sector renovables, llega a un Estado con gran crecimiento, pero también con grandes pasivos ambientales. Felicidades a Marisa Ortiz Mantilla por el nombramiento, que es un reconocimiento a su trayectoria pero un reto personal y profesional.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *