El senador con licencia ha convocado a marchas y reunido firmas, entre otras actividades, para demostrar un supuesto fraude, pese a que las autoridades en la materia han argumentado que es inexistente

Por: Mario Galeana

A finales de la campaña, cuando la curva de la derrota parecía inevitable, el candidato Miguel Barbosa Huerta decidió que, para contrarrestar los ataques por su inexplicable crecimiento patrimonial, no habría prueba más importante que su propio testimonio.

¿Escrituras? Falsas, respondía. ¿Documentos del Registro Catastral? También falsos. ¿Estados de cuenta millonarios? Falsos. Falsos. Falsos.

Todo, salvo su palabra, era una invención: pura guerra sucia.

Barbosa Huerta ha recogido esa estrategia en el escenario poselectoral que ha desplegado desde que el Instituto Electoral del Estado (IEE) oficializó el triunfo de la panista Martha Erika Alonso Hidalgo.

Para él, la derrota de los hechos es la victoria de su posverdad: reniega de la Fepade, un organismo federal, pero espera que los tribunales federales restituyan su triunfo. Descarta el conteo rápido que el INE realizó para Puebla, aunque el comité técnico encargado de ese pronóstico haya sido el mismo que vaticinó, con exactitud milimétrica, el triunfo de Andrés Manuel López Obrador.

Todo, salvo su palabra, es una invención. Aunque los hechos, como en el listado que aquí se presenta, muestren lo contrario.

1.- “No pediré la nulidad de la elección”

Durante la tarde del 1 de julio, cuando las primeras encuestas de salida revelaron el arrollador paso del efecto Andrés Manuel López Obrador en la entidad, el candidato Miguel Barbosa Huerta se proclamó ganador de la contienda y dijo que había vencido a su rival panista “por más de 10 puntos”.

En una conferencia de prensa realizada esa tarde, el ex fiscal electoral, Santiago Nieto Castillo, quien forma parte del equipo jurídico de Barbosa Huerta, deslizó la posibilidad de que la elección fuera anulada por la violencia registrada en algunas casillas. Enojado, el candidato negó esa posibilidad y aseguró que los resultados no se anularían porque él había ganado.

Al paso de los días, una vez que los cómputos distritales oficializaron que había perdido por cuatro puntos, Barbosa Huerta reculó y reconoció que buscaría la nulidad de los comicios.

2.- Desconoce conteo rápido

Durante la noche del 1 de julio, el Instituto Nacional Electoral (INE) dio a conocer los resultados de su primer conteo rápido sobre los resultados de la gubernatura. En ellos, la panista Martha Erika Alonso tenía una ventaja de alrededor de 2.5 puntos sobre Miguel Barbosa Huerta.

Los resultados del conteo rápido fueron elaborados por el mismo consejo técnico asesor que pronosticó el triunfo de López Obrador en la contienda presidencial por más de 20 puntos con respecto a su más cercano competidor, el panista Ricardo Anaya Cortés.

Sin embargo, al conocer los resultados, Barbosa Huerta convocó a la prensa para desconocer la eficacia del conteo rápido.

Según él, un considerable número de sábanas electorales no fueron incluidas en el muestreo por temor a que, según él, la tendencia se revirtiera a su favor.

3.- La manipulación del PREP 

En la misma tendencia del conteo rápido del INE, el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) del Instituto Electoral del Estado (IEE) apuntó que Martha Erika Alonso contaba con una ventaja de 3.9%, más de 100 mil votos, sobre el morenista Miguel Barbosa.

Esto provocó que el senador con licencia tejiera la teoría —que hasta hoy sostiene— de que el PREP era “alimentado” con datos falsos, manipulados, para crear la percepción de que su rival panista había obtenido un triunfo considerable sobre él.

Su acusación fue descartada por Marco Baños, consejero del INE, quien aseguró que el conteo rápido tenía coincidencia con el PREP. El funcionario sólo atribuyó los señalamientos del morenista a una “tensión electoral” por la cerrada victoria de uno de los dos candidatos.

4.- El falso laboratorio electoral

Pese a las declaraciones de los consejeros nacionales del INE, Miguel Barbosa insistió en urdir la teoría del fraude y apoyó su acusación en el hallazgo de papelería electoral que distintos candidatos electos y simpatizantes de Morena sustrajeron del MM Grand Hotel, donde el PAN poseía un centro de operaciones legal, aunque el candidato dijo que se trataba de un “laboratorio electoral”.

El 3 de julio, los morenistas ingresaron y retuvieron a los panistas hasta conseguir la presencia de integrantes de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), quienes recogieron la papelería para analizarla.

Días después, el fiscal electoral, Héctor Díaz Santana, confirmó que la papelería hallada en el hotel no era ilegal ni era constitutiva de delito. Así se derrumbó la teoría del “laboratorio electoral” para beneficiar a Martha Erika Alonso.

 5.- La violencia de Morena

Al irrumpir en el hotel, los morenistas provocaron destrozos y agredieron a los panistas que laboraban en aquel centro de operaciones. Los videos sobre la actuación de los candidatos electos y simpatizantes de Regeneración Nacional fueron difundidos horas después y provocaron un repudio unánime a nivel nacional.

Por los hechos, tanto los administradores del inmueble como algunos panistas presentaron denuncias penales en contra del dirigente de Morena, Gabriel Biestro, y otros militantes.

Al conocerse las denuncias penales, Miguel Barbosa realizó una conferencia de prensa para negar que los integrantes de su partido hubieran cometido un delito al irrumpir en el MM.

6.- La renuncia al “voto por voto”

Una vez que el cómputo distrital confirmó la ventaja de Martha Erika Alonso Hidalgo, el morenista Miguel Barbosa dijo que solicitarían la reapertura de 100% de las casillas electorales para dar certeza a la elección mediante el conteo de cada sufragio.

El IEE accedió a la apertura de 26% de las casillas, pero esto sólo amplió la ventaja de la panista. Ante eso, Barbosa Huerta cambió de estrategia y solicitó ante el Consejo General del IEE la nulidad de los comicios. Su cambio de parecer se debe a que la coalición Juntos Haremos Historia no contó con representantes en 100% de las casillas y, por tanto, no posee las actas que permitirían a sus representantes de casilla defender los votos que haya obtenido.

 7.- El voto diferenciado

El candidato Miguel Barbosa se ha resistido a reconocer que hubo voto diferenciado entre él y Andrés Manuel López Obrador, aunque los cómputos distritales de la elección prueban que obtuvo medio millón de votos menos que el tabasqueño.

Este significativo dato echa por tierra su teoría del fraude y, por eso mismo, se ha negado a reconocer la diferencia de votos que no sólo se presentó en Puebla, sino en todo el país.

En Veracruz, por ejemplo, López Obrador obtuvo casi 400 mil votos más que el candidato de Morena al gobierno local, Cuitláhuac García. Esta misma diferencia se presentó en Chiapas, donde el abanderado a la gubernatura, Rutilio Escandón, quedó por debajo del umbral de sufragios recibidos por el presidente electo.

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