Entre Libros

Por: Fredo Godínez

 

Esta obra le permite al lector convertirse en la sombra de cada uno de los personajes para conocerlos de manera profunda hasta reconocer que muchos convencionalismos de la época continúan vigentes.

No estoy seguro si fue por falta de pasión de alguno de los catedráticos que tuve en la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP o simplemente por falta de interés personal, pero los llamados escritores clásicos y/o forzosamente obligatorios de leer nunca han sido mi fuerte.

Algunos de esos escritores los leí por recomendación de Pedro Ángel Palou García y otros más los conocí debido a la colección que realizó la Editorial de la UV: Sergio Pitol Traductor, misma colección a la que me acerqué gracias a las lecturas que comencé a realizar de la obra de Sergio Pitol y, también –habrá que decirlo– gracias a las escasas conversaciones que tuve la fortuna de sostener con él. El autor de El arte de la fuga me ayudó a ver de otra manera ese tipo de escritores poco atractivos para mí.

Clarissa de Stefan Zweig fue un libro que me acompañó durante mis últimos días que viví y caminé por la CDMX y en el largo proceso de mi mudanza de retorno a la Angelópolis. Una novela que permite su lectura en pausas, pues es narrada en un ritmo menos acelerado que la literatura contemporánea y cuenta con una estructura narrativa más tradicional.

Ambientada en la Europa de la Primera Guerra Mundial, Zweig cuenta la historia de Clarissa –hija de un militar austriaco con quien guarda una relación distante, pero amorosa– quien conoce, durante su estancia en un congreso de medicina, a Léonard, un joven socialista del que se termina enamorando. Sin embargo, se ven obligados a separarse por diferencias ideológicas. Ella vuelve con su padre a tierras austriacas y Léonard retorna a su país con el objetivo de aliarse al ejército enemigo de Austria. Tiempo después, Clarissa descubrirá que está esperando un hijo de Léonard y ha decidido tenerlo, a pesar de ser hijo del enemigo de su país. A partir de aquí, el lector se encontrará con una serie de acciones que cambiarán el rumbo de la historia de Clarissa.

Algo que me llamó la atención de la narrativa de Zweig (pues es mi primer encuentro con su obra) es la construcción de sus personajes, son tan sencillos y complejos al mismo tiempo, como la vida misma. Una construcción cero pretenciosa y más cercana a una posible realidad.

En Clarissa, el lector tendrá la sensación de ser la sombra de cada uno de los personajes, pues se les llega a conocer de manera profunda y, quizá, se corre el riesgo de identificarse con alguno de los protagonistas de la historia y tomar partido de cada uno de sus decisiones.

Clarissa es una obra que viene a recordar que muchos de los prejuicios con los que se actuaba en aquellos años, aún, siguen vigentes.

Los críticos más avezados de la obra de Zweig aseguran que Clarissa es una especie de testamento en el que se encuentran plasmados los ideales humanísticos que abrazó durante su vida.

Sin duda alguna, acercarse a escritores como Zweig siempre será un remanso ante un mundo donde la prisa es una constante y que, por obvias y necesarias razones, ha permeado en la literatura actual.

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*Clarissa: Stefan Zweig. Acantilado: 2017. España.

SOBRE EL LIBRO

Ruptura

Clarissa, hija de un militar austriaco, conoce en Lucerna a Léonard, un joven socialista francés del que se enamora,pero el estallido de la Gran Guerra separa a los amantes. Esta conmovedora novela tardía de Zweig es hoy considerada el testamento en el que el extraordinario escritor austríaco condensó los ideales humanísticos que abrazó durante toda su vida. / ACANTILADO.ES

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